(EL COMERCIO)

"La historia demuestra que las obras faraónicas de hoy son las utilitarias del mañana"

Jovino Martínez Sierra defiende su reforma del Muro y la compara con transformaciones como las de la avenida de El Llano y el Puerto Deportivo

MARCOS MORO

"La historia ha demostrado que las obras faraónicas de hoy son las utilitarias del mañana". El arquitecto Jovino Martínez Sierra defendió anoche en el programa ´La Lupa´, de Canal 10, su diseño de reforma integral del Muro. Un proyecto que plantea soterrar el tráfico rodado y crear en superficie nuevos espacios de ocio y relación social mirando al Cantábrico a través de una estructura apergolada.

Martínez Sierra destacó que su propuesta, que ha generado un intenso debate ciudadano en las últimas semanas, define "una solución ambiciosa para poner el Muro de San Lorenzo en el siglo XXI, identificar un nuevo espacio ciudadano de alta calidad y confort y abrir nuevas posibilidades de uso".

Respecto a los 40 millones de euros que costaría su ejecución, el arquitecto argumentó que "se trata de un proyecto asumible" para una ciudad como Gijón, ya que está planificado para abordarse a lo largo de cuatro años entre trámites administrativos y obras. Además, remarcó que para la actuación en su conjunto se plantea una estrategia sostenible baja en carbono que la hace susceptible de obtener financiación europea que complemente el esfuerzo inversor municipal. "Aunque venimos de una crisis y hay otras prioridades sociales que se tienen que seguir atendiendo desde el Ayuntamiento, ésta una actuación necesaria y que urbanísticamente es una prioridad para la ciudad", defendió. A su juicio, la reforma integral que él propone para el principal escaparate turístico de Gijón es equiparable a otras grandes transformaciones urbanas que se han acometido en los últimos años en la ciudad como el eje de la avenida de El Llano, el Puerto Deportivo y las mejoras en los barrios periféricos.

Consenso social y político

El arquitecto es consciente de que la proximidad electoral despierta recelos y puede predisponer a algunos a identificar su trabajo profesional, que fue adjudicado sin concurso de ideas de por medio, con una baza política de la alcaldesa Carmen Moriyón, que fue quien le hizo el encargo el pasado verano. Ante esas suspicacias, Jovino Martínez Sierra reivindicó el carácter de "proyecto de ciudad" de la propuesta y remarcó que otras ciudades del mismo entorno geográfico de Gijón como La Coruña, Vigo y Santander están abordando ya soluciones de soterramiento del tráfico para ganar espacio para el peatón en sus frentes marítimos.

"Una infraestructura básica de este tipo debería generar consenso político y social para abordarla", reconoció, al tiempo que recordó la resistencia natural a los cambios en los lugares más emblemáticos de la ciudad que está en la propia idiosincrasia de los gijoneses. El ejemplo más palmario, apuntó, fue lo ocurrido con el ´Elogio del Horizonte´, escultura que ha acabado convertida en una imagen icónica e identitaria de Gijón como la que Martínez Sierra pretende con la recuperación de las pérgolas para el Muro.

Precisamente sobre la estructura apergolada, que ha centrado algunas de las críticas sobre su diseño, el arquitecto gijónés aseguró que está concebida como un elemento muy abierto y permeable que, además de alojar secuencialmente diversos servicios, "ofrecería una amplia transparencia hacia el mar con una nueva transición visual y paisajística en la zona".

Túnel sin semáforos

También se refirió el técnico a los habituales temores que generan las obras en el subsuelo allí donde está cerca el mar. "Debajo de la calzada por donde circula el tráfico rodado en el Muro lo que hay es arena. Los procedimientos de ingeniería para soterrar el tráfico construyendo un túnel están muy contrastados con el sistema de muros-pantalla y losas que se arriostran y permiten luego ir excavando en el terreno", expuso. "Además las obras se programarían en fases para que interfieran lo menos posible en la vida de los comercios y los vecinos de la zona", tranquilizó.

Explicó que por el túnel de cuatro carriles entre la glorieta del Piles y Eladio Carreño se circularía a velocidad reducida de 50 kilómetros por hora, pero con mucha mayor fluidez al no haber red semafórica.