Noticias / Manuel Llanos (p.1962) recibirá la medalla de plata de la villa el próximo 29 de junio
El Pleno reconoce por unanimidad el valor de sus aportaciones al deporte
Esta Noticia fue editada el: 03-06-2016

Manuel Llanos (p.1962) recibirá la medalla de plata de la villa el próximo 29 de junio max-width=

(El Comercio)

Experiencia contada por olimpiadas

«En el Comité Olímpico Español fue donde me realice profesionalmente. Ejercí de director de Deportes con vistas a los Juegos de Barcelona»

Manuel Llanos es distinguido por su aportación al deporte desde hace cuarenta años

 PALOMA LAMADRID GIJÓN - En un mismo día, se quedó en el paro, le tocó el Gordo y le fichó el Comité Olímpico Español (COE). «Pensaba: a ver si dan ya las doce y no cambia la cosa», relata con una sonrisa Manuel Llanos (Gijón, 1944). Asegura que siempre (o casi) ha tenido buena suerte en la vida, pero lo cierto es que el tesón, la abnegación y el trabajo duro influyen poderosamente en la trayectoria vital de una persona. Esto y contar con una familia que «fue la que hizo el sacrificio» cuando él tuvo que mudarse a Madrid para ocupar el cargo de director deportivo en el COE. «Venía los viernes por la tarde y marchaba los domingos. Y cada año me iba un mes fuera para asistir a unos juegos», cuenta. Porque el deporte ha ocupado incontables horas en su día a día. Un esfuerzo que se ha visto recompensado por los éxitos profesionales y la satisfacción personal. Y que ahora también ha sido reconocido por el Ayuntamiento, que le ha concedido la medalla de plata de la ciudad. «No contaba con ello», asegura.

Pero así lo decidió, por unanimidad, el Pleno. Hubo acuerdo en reconocer el valor de las aportaciones hechas al deporte por Llanos desde hace más de cuatro décadas. Porque antes de jubilarse en el COE, pasó por varias entidades y administraciones que le ayudaron a acumular experiencia en la dirección de actividades deportivas.

Sus primeros pasos en este terreno fueron en el Instituto Filial de Roces, donde creó el equipo de atletismo. «Ahí se me afianzó la vocación, sobre todo, en la gestión», indica Llanos.

Fichaje por el Sporting

Llanos recuerda esos años con cariño y destaca que el equipo que fundó llegó a ser campeón de Asturias en categoría cadete. Fue en ese momento cuando decidió tomarse «las cosas en serio» y solicitó su ingreso en la facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF). Así que hizo las maletas y se trasladó a Madrid para cursar sus estudios. En julio de 1975 regresó a Gijón y casi de inmediato firmó su primer contrato profesional. Lo hizo, nada más y nada menos, con el Sporting. Entonces el presidente era Ángel Viejo Feliú. «Estuve dos años como preparador físico de los equipos de las categorías inferiores. Fue una gran experiencia», subraya. A pesar de los éxitos, decidió abandonar el club porque encontró que «era difícil progresar, ya que era complicado para un preparador físico incorporarse a la estructura futbolística de la época». En esta ocasión, la buena fortuna volvió a ponerse de su parte y, «un día, caminando por la calle, me preguntó una persona qué tal estaba». Era el presidente del Grupo Covadonga, Rogelio Llana, quien le fichó como coordinador deportivo. Luego, ocuparía el puesto de director de deportes.

Esta oportunidad laboral «fue importantísima porque lo que había estudiado se me ponía sobre la mesa», destaca. Aunque «había más vocación e intuición que estructura», la labor realizada por Llanos en la polideportiva sociedad gijonesa dio sus frutos. «Trabajé duro apoyando, sobre todo, para que los entrenadores fuesen titulados», explica. Tras «una crisis» en el Grupo, entró una nueva directiva y, por ciertas desavenencias, decidió dejar su puesto.

Director de Deportes

A los pocos meses, consiguió una plaza en el Patronato Deportivo Municipal (PDM), pero acto seguido le designaron director regional de Deportes del Principado. «Estaré agradecido de por vida a Pedro de Silva, que era el presidente, y a Manolo Fernández de la Cera, el consejero, quienes me nombraron como independiente. Fueron maravillosos, siempre les aprecié por su categoría profesional y personal», cuenta.

De esta etapa, Llano destaca varios programas, como los de mejora de los campos de fútbol y las boleras. «Íbamos a las inauguraciones y aquello parecía Bienvenido, Míster Marshall», recuerda divertido.

En 1988, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Javier Gómez-Navarro, le reclamó para incorporarse a esta institución, donde contribuyó a desarrollar la Ley del Deporte de 1990. Pero la política nacional «me resultó grande, no la acabé de entender». Optó por dejar el cargo y, en su último día, recibió una llamada desde su casa. «Era una de mis hijas dando voces: Papá, ¡nos ha tocado el Gordo!». Con la alegría en el cuerpo, esa noche acudió a una fiesta de los periodistas deportivos de Madrid. Allí, «se me acercó el vicepresidente primero del COE y le conté que me marchaba. Me dijo: No, te vienes conmigo».

Estuvo en el comité hasta 2005, cuando se jubiló. «Fue donde me realicé profesionalmente por completo, ya que me nombraron director de Deportes con vistas a los Juegos de Barcelona», dice. También preparó las citas olímpicas de Atlanta, Sydney y Atenas.

Destaca, con orgullo, que bajo su mando se impulsaron las becas ADO para promocionar a los deportistas de élite. Iniciativa que ya había anticipado en Asturias con "Olimpiada 92": «Es determinante que haya unos mínimos. Si no, el deporte se convierte en utilitario, pero no de alto rendimiento».

 

Foto Angel