Noticias / Pedro Luis Menéndez (p.1975) presenta su novela "Más allá hay dragones"
Esta Noticia fue editada el: 13-09-2016

Pedro Luis Menéndez (p.1975) presenta su novela

(La Nueva España)

PEDRO LUIS MENÉNDEZ | Profesor, autor de "Más allá hay dragones"

"Deberíamos tener muy presente que somos tierra de emigrantes"

"Somos sociedades que creen que tienen mucho que perder y eso nos obliga a buscar dragones y a levantar muros"

I. PELÁEZ -¿De tanto mandar a sus alumnos leer libros le ha dado por escribir una novela?

-La historia es antigua. Como poeta llevo mucho publicado pero es lo primero como prosista. Al no dedicarme a la literatura en exclusiva me resulta difícil escribir prosa por falta de tiempo psicológico. Escribir poemas es como hacer fotografía y hacer novelas es hacer cine.

Meryl Streep sostiene en su papel de Karen Blixen en "Memorias de África" que "cuando los descubridores del pasado llegaban al límite del mundo conocido y tenían miedo a seguir escribían: más allá hay dragones!" aduciendo que era punto de no retorno. Una expresión que hace suya Pedro Luis Menéndez (Gijón, 1958), profesor en el colegio de la Inmaculada, para ponerle título a su primera novela. Una obra, que ha tenido un proceso de culminación muy largo, que cuenta la historia de personajes que no parecen encajar en su realidad. El mayor protagonismo se lo concede Menéndez a un emigrante asturiano con demencia cuya historia transcurre durante la revolución cubana. Una obra que, literariamente, ha permitido "hacer juegos" al autor al plasmar "la ortografía de cada época concreta para cada personaje".

-Es una novela escrita en los años 90 y reescrita hace cuatro años. ¿Uno sigue siendo el mismo?

-La historia siempre la he tenido clara. Lo difícil 20 años después fue entrar otra vez en el mundo de la novela, recoger los personajes, porque uno es totalmente distinto, pero respeté la novela original. Sacarlo a la luz obedece a librarme de ella, la tienes ahí y te está ocupando sitio mental. Al convertirlo en un libro ya no te pertenece y te permite dejar espacio a otras cosas.

-Plantea que hay hombres que no encajan con su destino. ¿Lo raro no es encajar?

-Con el añadido de la enfermedad mental. Esa es la tragedia del personaje. La idea del título siempre la he tenido clara y quiere decir que hay una línea de la que no puedes regresar si la traspasas. Esa idea la trasladé al misterio del paso a la demencia, ese momento en que una persona de repente se convierte en un enfermo mental y en muchas ocasiones ya no puede volver. En el fondo es la historia de un emigrante asturiano fracasado, no sólo en lo económico, que vive en un mundo con la percepción de no encajar. A eso le añades que se trata de un enfermo mental.

-¿Y el miedo?

-Ese es su problema. A él le cambia la vida entera una vez está en La Habana y no es capaz de afrontar ese cambio. Se desmorona como persona alguien que ya tenía una mentalidad débil, que no es un triunfador en la vida, es un ser débil, más bien anodino. ¿Qué pasa con eso cuando hay circunstancias externas que te obligan a enfrentarte a cosas? Él no quiere, no es capaz o no puede o las dos cosas.

-¿Todo emigrante está en el filo de la navaja?

-Por eso aproveché esa imagen del emigrante. No es novela histórica pero está basada, de lejos, en una persona real, un asturiano real, enfermo. Del germen de lo que un día me contaron salió una historia.

-Con las migraciones, ¿la gente no se marcha porque ya convive con dragones?

-Hay dragones interiores. El Quijote no se vuelve loco por leer, sus dragones ya los tenía dentro pero se activan a raíz de algo. Igual que este hombre, él tenía sus dragones y se activan. Eso quería unirlo con el trasfondo de que, como asturianos, la emigración a Cuba o a México forma parte de nuestra historia aunque haya gente a la que se la ha olvidado.

-¿Qué papel juega la falta de memoria?

-En el caso de la emigración, la falta de memoria es evidente. Se embarcaban con una maleta y una mano delante y otra detrás. Desde Asturias debería haber una conciencia muy fuerte (yo no la respiro) de que siempre hemos sido una tierra de emigrantes. Ahora los jóvenes que se van a Chile o Alemania, no digo que sea agradable, pero no me sorprende. Siempre fue una tierra pequeña que ya Jovellanos dijo que acogía mal a sus habitantes.

-Antes, cuando se emigraba, nadie en el punto de destino se planteaba si acogerte o no.

-En el punto al que llegabas el mexicano o el cubano no sentía como una amenaza para su vida ni para su persona, mucho menos para su economía, la llegada de emigrantes. Ahora, los europeos nos hemos vuelto muy miedosos, muy nuevos ricos que tememos que nos roben la silla. En Asturias se produce una paradoja, esta región se siente orgullosa de que parte de sus hijos y jóvenes trabajen en Europa, de hecho decimos que vaya asturianos preparados enviamos y, en cambio, nos da miedo acoger a otros. Me suena muy egoísta, de sociedades conservadoras, que se cierran, provincianas. Y Asturias nunca fue una región cerrada en sí misma pero ahora sí la veo así, quizás porque cada día está más aislada.

-¿Nos hemos convertido en dragones?

-Sí. Y tenemos miedo. Antes no era así. De qué iban a tener miedo si no tenían nada que perder, ni el que emigraba ni los que allí estaban. Y ahora somos sociedades que creemos que tenemos mucho que perder y de ahí viene el miedo. Nos montamos nuestros dragones buscando un enemigo para justificar que nosotros elevamos muros.

-Y ante esto, ¿no es mejor dar el paso hacia la demencia como su protagonista?

-Claro. Esa es la pregunta que no se responde en la novela. Me hago el loco. Creo que mucha gente da ese paso, no tanto a la demencia real, sino a hacerse el loco y dedicarte a lo tuyo

Foto Angel