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«El Día del Antiguo Alumno más multitudinario de nuestra historia reciente»
Esta Noticia fue editada el: 28-12-2017

Crónica del Día del Antiguo Alumno 2017 max-width=

 

Día del Antiguo Alumno 2017

El sábado 16 de diciembre tuvo lugar el Día del Antiguo Alumno, en el que se batió el record tanto de participación tanto en el acto institucional en sí (207 asistentes) como en la posterior comida de hermandad (168 comensales).

El acto se inició con una bienvenida al colegio y una oración por parte del P. D. Inocencio Martín Vicente SJ, tras la cual tomó la palabra D. Víctor Manuel Rodríguez Blanco, Presidente de la Asociación con las siguientes palabras.

Mesa presidencial, compañeros de las diversas promociones, muy buenos días.

Mis primeras palabras, como no puede ser de otra forma, van a ser de bienvenida a este vuestro colegio. Pero también de recuerdo de todos aquellos compañeros, amigos, familiares que nos han dejado, y que hoy no están entre nosotros. Me vais a permitir que en este punto haga mención especial a tres compañeros de nuestra Junta Directiva. Me refiero en concreto a Elías García, ejemplo de generosidad, capacidad de servicio y cercanía, a P. Pedro Menéndez Cifuentes SJ, un hombre bueno con mayúsculas, conocido y apreciado por todos, amigo de sus amigos y jesuita de los pies a la cabeza, y por último al P. Gumersindo Treceño SJ, de semblante serio pero con un gran corazón, que dedicó 48 años de su vida a nuestra Asociación, y que pasará a la historia no sólo por ello sino por haber sido el jesuita que más tiempo permaneció en el colegio, el jesuita que más tiempo permaneció en el seno de la Compañía de Jesús desde la Confirmación Pontificia de ésta en 1540.

Pero la vida sigue y en este momento nos corresponde iniciar una jornada sin duda llena de alegrías y emociones. Cuando traspasasteis la entrada de nuestro colegio seguro que, después de los preceptivos abrazos y reencuentros y tras aseguraros que seguís fielmente en vuestra orla, habréis tenido la sensación de iniciar un viaje en el tiempo. Un viaje que os ha llevado, os está llevando a tiempos pretéritos. Hace digamos, unos pocos años,  empezabais en el colegio, comenzabais a estudiar en sus aulas y a correr por sus patios, y casi sin daros cuenta, de pronto os encontrasteis en el jardín interior despidiéndoos. Multitud de anécdotas os vendrán a la mente, muchos recuerdos, unos que pensabais olvidados, otros que siempre permanecieron en vuestra memoria. Para todas las promociones, el colegio el mismo pero los recuerdos diferentes: clases escalonadas, procura y bar de COU, la gimnasia sueca con la perfecta sincronía y alineación de filas,  los campamentos de Santibáñez y los entrenamientos de baloncesto con Pachi Cuesta, o el Cura como muchos le llamabais y a quien siempre recordaremos con mucho cariño, las convivencias en Celorio, las clases con los equipos de romanos contra cartagineses, las dignidades, el cine colegial con proyecciones a veces interrumpidas unos segundos por una mano que ocultaba algunas escenas se decía que de forma casual…, la sudadera azul verdadero símbolo del servicio a los demás, el peculiar lenguaje jesuítico con los tránsitos, las composiciones… En fin un largo etcétera que sin duda rememorareis en el día de hoy.

Nuestro legado, la formación recibida no solamente académica sino lo que es más importante personal bajo un mismo ideario, os hizo poseedores de un gran tesoro que sin duda os ha ayudado a avanzar por el camino a veces no fácil de la vida. Quizás la perseverancia y defensa de sus principios y la capacidad de servicio es lo que más define al antiguo alumno de jesuitas, cambiando en su vida el verbo tener por el verbo dar. Ser antiguo alumno de este colegio es algo muy especial, vosotros bien los sabeis,  y crea un vínculo que se mantiene toda la vida.

En esta jornada de reencuentro no puede faltar la Virgen Inmaculada, aquella que fue testigo de vuestras alegrías y de vuestras penas y que os vio crecer año tras año, aquella cuyo himno cantaréis con fuerza en breves momentos como hacíais antaño hasta el HOY final, la Virgen a cuyos pies hace ya unos años, con alegría en el rostro y una gran emoción en el alma,  depositasteis el clavel recibiendo la insignia de AA, símbolo de la formación recibida que os acompaña siempre desde entonces.

A veces nos preguntan, Qué es la Asociación de Antiguos Alumnos? La Asociación no es una red social ni un medio organizador de eventos cada 25 o 50 años. Si bien estos aspectos son importantes, no es su razón de ser fundamental. La Asociación aspira a mantener un vínculo entre el colegio, la Compañía, con todas las personas que, aún muy diferentes, mantienen un nexo: una formación ignaciana común. Es una entidad viva y joven que, generación tras generación, se va renovando y avanzando en objetivos y retos, dando una respuesta plural a las diversas inquietudes de los antiguos alumnos, y todo ello trabajando en red.

-       ¿Quieres seguir disfrutando del deporte como en el colegio? tenemos 3 equipos de AAA donde 40 chicos y chicas continúan con su afición deportiva.

-       ¿Buscas solidaridad y voluntariado? Impulsaremos medidas de orientación y apoyo mediante becas de aquellos antiguos alumnos que deseen dedicar parte de su tiempo a estas actividades sociales. Entre ellas habría que destacar también a Entreculturas, la ONG de la CJ, creada sobre la máxima de que la educación es el pilar básico de la libertad y de la justicia social.

-       ¿Persigues fortalecer los principios ignacianos inculcados durante la etapa colegial? te mantenemos informado de múltiples iniciativas así como de las novedades surgidas en la Compañía de Jesús.

-       ¿Anhelas tiempos pasados?, te ayudamos a recordar con añoranza aquellas vivencias de niño

-       ¿Interesado en actividades o iniciativas culturales? organizamos conferencias o salidas culturales.

-       ¿Quieres saber que ha sido de tus compañeros? Te mantenemos puntualmente informado de las noticias en las que AA sean protagonistas.

 Son solo unos ejemplos. La Asociación es y será lo que los antiguos alumnos quieran que sea. Os animamos a que participéis, cada vez somos más. En crecimiento constante, este año hemos batido el record de asociados de los últimos 9 años. Entra en nuestra página web, que próximamente será renovada, y te animamos a que ter asocies.

Me queda dar la bienvenida a D. Luis Adaro, quien en breves momentos se convertirá en Antiguo Alumno Distinguido-2017, y cuya prolífica vida laboral y valores humanos serán reseñados por D. José María Aguirre. Así mismo Dña. Victoria Rodríguez García, D. Juan José Corte Suárez  y  D. Vicente  Moral Palacio recibirán la distinción de Amigos de la Asociación tras muchos años de paciente y brillante actividad docente. Mi enhorabuena por adelantado a todos ellos.

No quiero finalizar sin antes manifestar mi agradecimiento a todas aquellas personas que han hecho posible este acto, que lo hacen posible año tras año.

A la Compañía de Jesús y al colegio en concreto por su apoyo institucional

A todos vosotros por vuestra presencia aquí, en el día del Antiguo alumno más multitudinario de nuestra historia reciente.

A todos los voluntarios que de forma discreta y altruista han  colaborado con nosotros

Y por último a mis compañeros de Junta, que hacen fácil lo difícil, y que con un encomiable espíritu de equipo se han esforzado desde hace semanas, con cariño y esmero, para que paséis un gran día en vuestro colegio, el mejor.

Espero que disfrutéis de este día, muchas gracias

Los reconocimientos comenzaron con Dña. Victoria Rodríguez García, D. Juan José Corte Suárez  y  D. Vicente  Moral Palacio recientemente jubilados, y que fueron nombrados Amigos de la Asociación.

Posteriormente se hizo entrega de las medallas a los alumnos de las promociones homenajeadas, las de 1957,1967, 1982, 1992 y 2007, que recogieron respectivamente las medallas de platino, oro, zafiro, plata y bronce. En nombre de cada una de ellas, uno de sus integrantes, dedicó unas palabras a los asistentes al acto; empezando por los más veteranos, fueron  José Antonio Fidalgo (1957), Ignacio Vázquez de Prada (1967), Amparo Scola Callejón (p.1982), Marcos Moro (p.1992) y Néstor Sánchez Rozada (2007). Ellos fueron los encargados de traer a la memoria a todos los recuerdos de aquellos años de colegio.

Tras esto, llegó el momento de entregar el más importante galardón que otorga la Asociación, el de Antiguo Alumno Distinguido, que este año fue concedido a D. Luis Adaro de Jove (p 1960). El encargado de glosar su figura fue el también Antiguo Alumno D. José María Aguirre (p 1960) que glosó su larga e intensa trayectoria  profesional. Tras serle entregada la placa y la Insignia de Oro de la Asociación, D. Luis Adaro agradeció la distinción con las siguientes palabras:

Autoridades, Sras. Y Sres., amigos todos.

Permítanme que en primer lugar manifieste a la Junta Directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos del colegio de la Inmaculada mi gratitud por el honor que me hacen con este nombramiento.

Una gratitud que hago extensible a mi compañero de curso Aguirre por prestarse a glosar mi figura. José María te agradezco tanto elogio injustamente merecido.

Mis pensamientos retroceden 66 años y me veo en 1951, en la puerta de un gran edificio que da paso a un patio, la mitad de él en ruinas, testigo de una reciente época de muchísimo dolor.

Pues bien, aquel niño de 7 años entraba en el edificio que iba a ser su colegio, y que sería su casa durante la infancia y la adolescencia.

Cuántos recuerdos, cuánta admiración y cuántas vivencias: semanas de siete días terminando el domingo-tarde con rosario, bendición y cine todo ello de asistencia obligatoria; la lectura pública de notas con el P. Prefecto von Riedt; las meditaciones del P. Gallego; los Juegos Escolares Nacionales en Madrid; y en las fiestas colegiales los toros con nuestros dos maletillas Nino y Farrás que acompañaban al maestro Canejas ; y también las barracas (donde se podían comprar 3 aceitunas con palillo a 50 céntimos de peseta). Tantos momentos se pasan por mi cabeza que sería interminable exponerlos en esta intervención.

Pero sobre todo tengo recuerdos para todos y cada uno de mis compañeros de clase, quienes año tras año peleábamos por llegar al final de la etapa escolar y enfrentarnos con mucha ilusión a una vida muy diferente. Una vida en la que muchos de nosotros hemos conseguido mantener esa amistad. Puedo afirmar con orgullo que el colegio me ha dado a mis grandes amigos.

Los 67 integrantes de la promoción del 60 crecimos juntos, nos formamos, compartimos mil vivencias, alegrías, y como no, también tristezas… Era nuestra clase. Una clase que para nosotros era más que un espacio. Era un vínculo de unión entre todos los que la integrábamos. Era un lugar para el trabajo, un lugar de crecimiento, de formación…Un espacio que posibilitaba que sus integrantes fuéramos impregnándonos de un barniz especial, de un espíritu único. Una actitud ante la vida que poco a poco, y sin darnos cuenta, íbamos adquiriendo.

Cuando corría por los pasillos del colegio desconocía la importancia que iba a tener la educación que estaba recibiendo. Pero hoy, con el paso de los años, puedo apreciar la inmensa labor de formación que el colegio ha tenido en todos nosotros. Ha sido una grandísima fuente de enriquecimiento. Cuando hablo de enriquecimiento me refiero no sólo a los contenidos, a la teoría, o las disciplinas técnicas, me refiero sobre todo a la educación en valores. Yo lo tengo muy claro, el colegio, junto a mi familia han sido los artífices de lo que soy, me han educado para la vida.

Una tarea nada fácil. Ya que educar es casi como trabajar una obra de arte, hay que llevar a plenitud las potencialidades que residen en cada una de las personas: ayudar a descubrir la importancia de preocuparse por los demás, enseñar a ser acreedores de relaciones auténticamente humanas, a vencer el miedo, al compromiso….Capacitar, en definitiva, a cada uno para que pueda responder al proyecto de Dios sobre su vida. “Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”, afirmaba Pitágoras.

Es, por tanto, un trabajo delicado y fuerte, paciente y alegre, no exento de perplejidades….y en este tiempo convulso que estamos viviendo, en mayor medida.

Hoy en día estamos todos enfrentados a un cambio de era desde todos los puntos de vista: el ideológico, el político y el económico.

Actualmente la inmediatez y la globalización son necesidades. Así mientras la Revolución Industrial fue un fenómeno europeo y luego occidental, hoy en día la revolución tecnológica es cada vez más universal gracias a la difusión de las comunicaciones, a la gran transformación que supone por ejemplo internet y la expansión imparable de las redes sociales.

Podemos afirmar que está en marcha una nueva revolución de la información y el impacto que están teniendo las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones hace que varíen muchos parámetros en un mundo global y superpoblado.

Por eso en todo este mundo de conocimientos, tecnología, transformación digital lo que deben perpetuarse son los valores.

Es necesario que crezcan las virtudes humanas, la generosidad, la idea de servicio a los demás, la honradez, el espíritu de trabajo, la delicadeza en el trato, el rectificar a tiempo…

En estos más de 60 años transcurridos, el mundo ha cambiado radicalmente. Y lo que debe orgullecernos como antiguos alumnos del colegio es que año tras año vayan saliendo nuevas promociones, con mejor preparación académica, apoyada por unos medios que para nosotros en aquellos primeros años serían completamente deslumbrantes, y sin duda impensables, pero lo importante es que hayan finalizado su etapa escolar con la misma preparación humana que siempre ha dado el colegio, porque entonces estarán triunfando en la vida. No nos olvidemos que la educación es la mayor herencia que podemos dejar a nuestros hijos y por tanto a la sociedad.

Desde aquí reivindico la necesidad de mantener la educación en valores de manera invariable, porque mientras los conocimientos es necesario que vayan evolucionando, las virtudes humanas son inalterables. Y hoy en día nuestro mundo está muy necesitado de estos valores, si llegasen a desaparecer completamente detrás iríamos nosotros.

Busco algo para concluir mi breve intervención y no encuentro nada mejor que algo tan histórico como las palabras del Rector en la entrada al acto anual de Proclamación de Dignidades del Colegio, que decía: “A mayor gloria de Dios, galardón de las Ciencias y de las Letras, estímulo de los alumnos del Colegio de la Inmaculada, que por su ejemplar conducta y aplicación se han hecho dignos de honorífica mención.”

El acto terminó con el canto del Himno colegial por parte de los asistentes, tras lo cual hubo tiempo de retomar los saludos y los recuerdos con los compañeros. Por último la misa, concelebrada por el P. José Manuel Peco, Consiliario de la Asociación, y el P. Inocencio Martín Vicente SJ, Responsable de la PAL de Asturias, con la participación del Coro Colegio de la Inmaculada. P. Cifuentes y de nuestro abanderado Diego Braña. Ya en el patio de la Virgen, gracias a que el tiempo nos acompañó nuevamente, se realizaron las fotos correspondientes de las distintas promociones. Finalizamos el día con la tradicional comida de hermandad en las instalaciones colegiales.

 

Foto Angel