Noticias / Rafael Vigil (p.1981) cuenta su historia en el Día mundial para la prevención del cáncer de colon
«Asegura que lo que le salvó “fue la detección precoz” y subraya que hacerse la prueba es fundamental»
Esta Noticia fue editada el: 30-03-2019

Rafael Vigil (p.1981) cuenta su historia en el Día mundial para la prevención del cáncer de colon max-width=

»(La Nueva España)

Así me salvé de un cáncer de colon 

El abogado gijonés Rafael Vigil explica cómo la prueba de sangre en heces permitió atajar su enfermedad en fase temprana

MARINA ÁLVAREZ - Rafael Vigil Álvarez (Gijón, 1964) es una de tantas personas a las que el cáncer ha pillado por sorpresa y ha sacudido la vida. En su caso, le atacó al colon, y explica sin ningún pudor cómo hacerse una prueba a tiempo le salvó.“Fue un día de febrero, en 2016. Iba al baño y sangraba, y me asusté, así que decidí acudir a mi médico de familia. Ella me explicó que podría tratarse de muchas cosas, pero me recomendó hacerme la prueba de sangre en heces. La hice y me detectaron el cáncer”, relata este abogado que trabaja en la Ciudad Tecnológica de Valnalón, en Langreo.

“Descubrí un mundo paralelo, el de los médicos, que siempre me trataron fenomenal”

Tan pronto se lo detectaron reaccionó y se hizo una composición de lugar. “Me salió el espíritu práctico. Empecé por informarme bien y ordenar todos los asuntos a los que salpicaba, como el trabajo y el testamento. Beatriz, mi mujer, fue mi cómplice en este proceso. Una vez que lo tuvimos todo atado, se lo comunicamos a la gente”, explica Vigil, quien fue tratado en el Hospital Universitario de Cabueñes (Gijón).

El abogado gijonés ha accedido a relatar su historia con motivo del Día mundial para la prevención del cáncer de colon, que se celebra mañana, día 31. El siguiente paso fue la colonoscopia: le detectaron once nódulos, nueve benignos y dos malignos, uno de los cuáles le fue extirpado en la propia intervención. Después llegó el tratamiento de quimioterapia, que hizo con pastillas, y de radioterapia, al que se sometió durante mes y medio en el Hospital de Jove. “De un día para otro abandonas tu trabajo y tu vida transcurre entre hospitales. Descubrí un mundo paralelo, el de los médicos, que siempre me trataron fenomenal”, narra.

En agosto de ese mismo año le extirparon el tumor, situado muy próximo al final del recto, a seis centímetros. La intervención fue un éxito. Lo más duro, reconoce el gijonés, vino después. “Lo pasé peor con la ileostomía. Al quitarme un trozo del intestino me hicieron un corte en el abdomen para dar salida a las heces en una bolsa. La bolsa es muy engorrosa, cuando me reincorporé al trabajo todavía la llevaba y, con las prisas, a veces se despegaba. Era un rollo”, recuerda.

Tres años después, y ya curado, Vigil no tiene reparos en asegurar que lo que le salvó “fue la detección precoz”. Por eso subraya que, ante la duda, y en edades comprendidas entre 50 y 60 años, “hacerse la prueba es fundamental, porque es fácil que pueda pasar”.Otro de sus consejos es “tener fe” y servirse de entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), de la que es representante en la junta local de Gijón, que prestan apoyo psicológico “tanto al enfermo como a su familia, cuyo estado anímico se ve también afectado por la enfermedad”. La profesionalidad y el trato humano de los sanitarios también “fundamental”, destaca. Y apostilla: “En Asturias tenemos una sanidad pública fantástica”.

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Foto Angel