Noticias / Semblanza de Victoria Sanz Moreno (p.1992), Antigua Alumna Distinguida 2019, en la prensa
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Esta Noticia fue editada el: 17-11-2019

Semblanza de Victoria Sanz Moreno (p.1992), Antigua Alumna Distinguida 2019, en la prensa max-width=

(La Nueva España)

VICTORIA SANZ MORENO | BIOQUÍMICA EN EL INSTITUTO DEL CÁNCER DE BARTS, EN LONDRES, HA SIDO NOMBRADA "ALUMNA DISTINGUIDA" POR LOS ANTIGUOS ALUMNOS DE LA INMACULADA

Ciencia de élite a la orilla del Támesis

El estudio de la metástasis del melanoma le ha valido varios premios europeos a la científica gijonesa formada entre Asturias, Cantabria y Madrid

C. Jiménez - La gijonesa Victoria Sanz Moreno volverá a casa por Navidad con un premio bajo el brazo. Y de los más ansiados. La bioquímica, que es catedrática en el Barts Cancer Institute, vinculado a la Universidad Queen Mary en Londres, recibirá el próximo 21 de diciembre el título de "Antigua alumna distinguida" del Colegio de la Inmaculada, donde finalizó sus estudios en el año 1992.

El suyo es un cerebro privilegiado, formado en las aulas de la Universidad de Oviedo, que busca cómo atajar el cáncer desde Reino Unido. Su infancia en Gijón -hija del catedrático y profesor emérito de la Universidad asturiana, Alfredo Sanz Medel y madre profesora de inglés, Esther Moreno- la llevó después a cumplir la mayoría de edad en la Facultad de Química, en el campus ovetense del Cristo, y de allí su trayectoria profesional la trasladó a Cantabria, de la que salió con una calificación de sobresaliente cum laude en una primera parada de su etapa posdoctoral. Después se trasladaría a Madrid para centrarse en los mecanismos moleculares de señalización del cáncer.

Trabajadora concienzuda e investigadora vocacional, se instaló en la capital británica en el año 2005 para realizar una estancia posdoctoral en un centro puntero (el Institute of Cancer Research) y con un científico eminente en el campo del cáncer (Chris Marshall) a quien agradece su evolución posterior. Ese traslado a Reino Unido coincidió con la concesión de una beca "Marie Curie" y aunque no se ha planteado volver a España -"porque no me lo han propuesto", reconoce- sí aprecia entre los investigadores españoles en las islas británicas una mayor tolerancia al fracaso. En la trayectoria de Sanz Moreno no se puede hablar, sin embargo, de frustraciones. Más bien al contrario. En esta primera década larga en Londres le han traído un aluvión de reconocimientos y avances en su carrera. Tras un posdoctorado financiado por una beca Lady Tata Memorial Trust, se mudó al Instituto de Investigación del Cáncer para trabajar con Chris Marshall. En 2008, recibió el Premio de Investigación del 40.º aniversario de Applied Biosystems y EACR por su trabajo en la investigación de la plasticidad de las células tumorales.

En 2011, ya completamente avecindada en la capital británica, Victoria Sanz -Vicky, como le conocen todas sus amistades- comenzó a liderar su propio grupo de investigación independiente con una beca CRUK Career Development Fellowship en el King’s College de Londres en la División Randall de Biofísica Celular y Molecular para estudiar metástasis de melanoma, un tipo de cáncer que comenzó a interesarle por su "invasividad" y por la gran cantidad de mutaciones pos célula, desconocido en cualquier otro proceso de este tipo. "La metástasis mata al 90% de los pacientes de cáncer y todavía no hay drogas que se usen clínicamente dirigidas específicamente a la enfermedad metastásica", explica.

Ese trabajo en el laboratorio le valió para que en 2015 fuera preseleccionada para el Premio CRUK Communications y Brand Ambassador Prize por su capacidad comunicativa sobre la ciencia. La divulgación es otro de los puntos fuertes de Sanz Moreno, que sueña con llevar a la clínica todos los avances obtenidos en el laboratorio. "La investigación en cáncer se encuentra en un momento muy interesante", afirma esta gijonesa de 1974 que cuando no está en el laboratorio le gusta escuchar música, probar comida nueva e ir al cine o al teatro con su esposo y su hijo.

Su empeño por comunicar la ciencia al público a través del trabajo de los medios lo certifica la Medalla de la British Society for Cell Biology (2017), y una beca CRUK Senior Fellowship para estudiar la progresión del melanoma, la diseminación y la respuesta a terapias. Ese mismo año recibió también la distinción de investigadora del Cáncer UK Werth Trust Fellow y fue nombrada profesora de Biología Celular del Cáncer. Además su laboratorio se unió al Instituto de Cáncer Barts, un Centro de Excelencia del Reino Unido en investigación del cáncer. "Llegará un día en que podamos hacer del cáncer una dolencia crónica y que el paciente se muera de otra cosa antes que de su cáncer", augura la investigadora gijonesa.

En su laboratorio trabajan para comprender cómo el citoesqueleto y la señalización de la proteína Rho GTPasa en las células cancerosas promueven el crecimiento y la diseminación del tumor. Combinan microscopía de vanguardia en matrices 3D, biología molecular, modelos animales y patología digital en tejidos de pacientes para identificar determinantes moleculares que se correlacionan con la progresión de la enfermedad y el potencial metastásico.

Sanz Moreno, con multitud de comunicaciones científicas y conferencias, es hoy todo un referente internacional en el estudio del citoesqueleto y el comportamiento metastásico tanto en las células cancerosas. No está dispuesta a dejarse vencer por cuestiones como el "Brexit", que si bien reconoce que pueden afectar "muy negativamente" a la Ciencia, ella promete seguir realizando un trabajo de altura para que los clínicos sean capaces de traducir el conocimiento que sale de su laboratorio. Los españoles exiliados como ella por razones laborales "estamos muy valorados, somos imaginativos, trabajadores, ingeniosos y resistentes al fracaso", argumenta. Lástima que no todos los que quieren puedan hacer el camino de vuelta. El sistema perfecto, a su modo de ver, sería aquel en el que al investigador se le dan alas para irse al extranjero como una experiencia enriquecedora en su carrera profesional, pero cuando vuelve existe un tejido que lo atrae y lo cuida. Si bien no cierra puertas a ese retorno, sus perspectivas laborales están ahora más cerca de la orilla del Támesis que del Cantábrico, aunque los abuelos no puedan ver crecer a su nieto cerca de San Lorenzo más allá de los períodos vacacionales.

De Londres le fascina su oferta cultural o el siempre relajante paseo por la zona del London Bridge. Pero la vuelta a casa este fin de año para recibir el premio de los exalumnos de los jesuitas junto a los galardonados Carlos Pérez Álvarez y el padre José Manuel Peco, le hará más dulce que nunca la Navidad en Gijón.

Foto Angel