Noticias / La figura de Pedro Pablo Alvargonzález (p. 1935) en la prensa
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Esta Noticia fue editada el: 23-01-2022

La figura de Pedro Pablo Alvargonzález (p. 1935) en la prensa max-width=

Es comprensible la expectación que ha causado el fallecimiento del tenista Manolo Santana, ya que fue sin lugar a duda el que puso el tenis español en el mapamundi de esta modalidad deportiva, considerada por entonces como algo minoritario y elitista. Corrían los años sesenta del pasado siglo y solo el Club de Tenis de Oviedo, Grupo de Cultura Covadonga y el recién creado Club de Tenis de Gijón acogían a los selectos aficionados, dándose la circunstancia de que esta última entidad eligió como presidente de su primera junta gestora a Pedro Pablo Alvargonzález, que ya había ocupado con anterioridad las vicepresidencias del Real Club Astur de Regatas y del Grupo, cuanto todavía no era Real.

Y traemos hoy precisamente a estas páginas la figura de Pedro Pablo Alvargonzález porque su prestigio personal y amplia cultura -llegando a dominar varios idiomas- le llevaron a ser testigo presencial de grandes éxitos del deporte español. Entre ellos, fue el único asturiano, junto con otros once privilegiados españoles, que, no sin vencer grandes trabas, lograron viajar a Australia para presenciar la primera final de la Copa Davis que disputaba España, en las Navidades de 1965. A pesar de la derrota que sufrieron nuestros representantes Juan Gisbert, Alberto Arilla y Juan Manuel Couder, la única victoria en dicha final lograda por Manolo Santana sobre el entonces número uno, Roy Emerson, sirvió para ensalzar aún más la figura del ya ídolo del deporte español, que compensó con creces las ansias de exteriorizar el sentimiento patriótico de los pocos españoles que llegaron a invadir la cancha para sacar a Manolo Santana a hombros, ante el estupor de los australianos que no entendían la euforia de aquellos emigrantes. Era una época en la que si algo diferenciaba el juego del tenis era la educación, caballerosidad y total ausencia de aplausos, ya fuesen en las victorias y menos aún en los fallos del adversario, y por supuesto todos los jugadores vestidos de riguroso blanco.

 

Volviendo a nuestro personaje de hoy, Pedro Pablo Alvargonzález, no podemos obviar que fue uno de los gijoneses más prestigiosos de una época y, aunque sus deportes fueron el esquí y el tenis, más como promotor que practicante, llegó a presenciar una docena de Juegos Olímpicos, alternando con las figuras más destacadas del deporte a nivel mundial. Él mismo lo recogió en interesantes películas que luego proyectaba en las instalaciones del Grupo de Cultura Covadonga de la calle del Molino, para deleite de un gran número de gijoneses.

Pedro Pablo Alvargonzález volvió a ser testigo presencial de otra final de la Copa Davis. Fue en 1967, en Brisbane, representados por Juan Gisbert, Albert Arilla, Manuel Orantes y Manolo Santana, que fue el único que consiguió una victoria sobre el australiano John Newcombe. Conservaba históricas fotografías con los autógrafos de los jugadores españoles, así como del gimnasta campeón de Europa Joaquín Blume, al que unía una gran amistad. Huelga decir que fue amigo íntimo de Juan Antonio Samaranch y Carlos Ferrer Salat, presidentes de los comités olímpicos internacional y español, respectivamente, de los que conservaba un interesante archivo epistolar.

Manolo Santana, ejemplo de deportividad, sencillez y saber estar, llegó a jugar en Asturias en varias ocasiones, tanto en la Copa Masaveu, de Oviedo, como en Avilés y el Club de Tenis de Gijón. Sirva de ejemplo que Manolo Galé, histórico presidente de la Federación Asturiana de Tenis, logró traerle a participar en el Torneo de Tenis Playa, que durante muchos años se celebró en Luanco.

Pedro Pablo Alvargonzález llegó a formar un auténtico museo del deporte con medallas conmemorativas, entradas, carteles, fotografías y libros casi incunables. Tuvo la puerta de su casa siempre abierta a cuantos aficionados e investigadores estaban interesados en enriquecerse con su inigualable documentación que, por voluntad propia, donó a la Asociación de Amigos de Dionisio de la Huerta, antes de su fallecimiento el 20 de mayo de 2010. Lo hizo con la esperanza de que todo ello sirva para que en su momento forme parte de un gran museo del deporte que Gijón se merece y que son muchos los gijoneses que lo reclaman.

https://www.elcomercio.es/gijon/pedro-pablo-alvargonzalez-20220103000457-ntvo.html

 

Foto Angel