Un año más, el Día del Antiguo Alumno se convirtió en una jornada cargada de emotividad, en la que fueron protagonistas el reencuentro con el Colegio, con los antiguos compañeros y con esos valores que todos llevamos dentro, sin que nos demos cuenta de ello, sencillamente porque forman parte de nosotros mismos de una manera natural.

La jornada tuvo el nombre propio del alumno distinguido, Senén Guillermo Molleda Valdés; de los profesores que, tras 25 años de docencia y con motivo de su jubilación, recibieron el calor de la mucha enseñanza que dejan tras de sí, y de tres promociones que se han escalonado en el tiempo para llegar a la misma conclusión: los recuerdos del Colegio son imperecederos. 

En la intrahistoria del mismo, esa que no se postra al discurrir de la enunciación, porque simplemente es: las conversaciones en la mesa, en torno a una extraordinaria fabada, la compra de recuerdos de la Asociación, los pins, los pendrive, los paraguas... y tantas y tantas cosas cargadas de emoción... Que gran día y que sensación tan especial de hormigueo cuando el coro entonó "Virgen Inmaculada, reina de esta morada..! 

Así recogía la prensa local el discurrir institucional del día, aunque lo mejor quedó de puertas adentro, en el corazón de todos los presentes:

(El Comercio) «Soy uno de los que menos se merece la distinción». Así, de forma humilde, recibía ayer Senén Guillermo Molleda Valdés, publicista, escritor y colaborador de EL COMERCIO, el reconocimiento del Antiguo Alumno Distinguido del Colegio de la Inmaculada. Quien durante quince años fuera presidente de la agrupación estudiantil, salido en la hornada de 1954, se mostró «emocionado y agradecido» durante el homenaje que le rindieron sus compañeros.
«¡Qué voy a decir de mi abuelo! Es una persona sobresaliente; bellísimo y entrañable, que además ha sabido inculcarme desde pequeño los mismos valores que guían al colegio», dijo su nieto Nicolás Hernández Molleda (de la promoción de 2009) a modo de introducción ante el concurrido auditorio formado por profesores, miembros de la asociación de antiguos alumnos, familiares y estudiantes de las promociones a las que se les rindió tributo: 1960, 1985 y 2000.
Pero Senén Guillermo Molleda no fue el único galardonado. También hubo distinción para María Antonia Cabal, María Ángeles Arnáez y José Antonio López, los profesores jubilados recientemente tras más 25 años dedicados a la docencia. «El padre Treceño y José Antonio López no han podido asistir a este acto, pero me han pedido que os salude de su parte y que a alguno le dé un tirón de orejas que tienen pendiente», apuntó Antonio Pellico, presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos y uno de los artífices de la tradicional reunión que cada año se celebra en las fechas próximas a las fiestas navideñas.
«Un mismo ideario de vida»
Quien también aprovechó la ocasión para dirigirse a los ex alumnos fue el actual director José Manuel Guerrero. «Veo muchas caras conocidas. La mayoría de vosotros no coincidisteis en el colegio, habéis estado separados en el tiempo, pero estáis unidos en la formación y un ideario de vida que os ha sido transmitido desde estas aulas», señaló. El director resumió el objetivo de la educación impartida en el centro escolar de los Jesuitas en «las cinco 'ces': crear personas críticas, conscientes, comprometidas, compasivas y competentes». «Además de formar en conocimientos, desde aquí intentamos aportar valores. Ese es el espíritu que siempre ha guiado al colegio», añadió.
Tras unos breves discursos de bienvenida y sentados en el pabellón, más de un centenar de antiguos estudiantes esperaban a que dijesen sus nombres para subir a recoger la insignia de oro, plata o bronce. Primero lo hicieron los de la promoción de 1960, a la que pertenece el empresario Luis Adaro de Jove o el hematólogo y político Luis de Padro d'Almeida, entre otros muchos. Les siguieron los del 85 y por último los graduados en el año 2000. Estos últimos son los que más reciente tenían el colegio. «Una década, pero parece que fue ayer», comentaba una joven. Tras el acto de honores se celebró la misa en la iglesia del colegio y a continuación una comida en el propio centro.
«Estamos en un proceso de remodelación», dijo el presidente, quien pidió a los ex alumnos que «entren en la base de datos de nuevo para que podemos hacer una recopilación de todos, ya que la ley de protección de datos nos obliga a empezar otra vez».

(La Voz de Asturias) Una vuelta a casa, un regreso a la infancia más feliz. Esto ha supuesto para el abogado Guillermo Molleda el reconocimiento que le otorga la Asociación de Antiguos Alumnos de la Inmaculada, como Alumno Distinguido 2010. Una distinción que adquiere un significado especial puesto que fue creada por el propio Molleda en el año 1976. “Me recuerda a mis años felices en el colegio, yo siempre fui mucho de los Jesuitas y me gustaba organizar actividades”, aclara. De hecho, Molleda fue presidente de la asociación durante quince años.

El vínculo de los ex alumnos de la Inmaculada es muy fuerte. ¿A qué se debe?

Antes pasábamos mucho tiempo en el colegio, la amistad se forjaba de manera muy intensa, pero ahora la Asociación de Antiguos Alumnos tiene mucho trabajo por delante porque los tiempos han cambiado. La gente pasa un poco más del colegio.

¿En qué nota el cambio?

En los estudiantes actuales porque el centro sigue siendo un referente de preparación humana, científica y religiosa. Los niños salen muy bien preparados y los profesores se preocupan de los estudiantes.

El director presume de que podría llenar el colegio sólo con hijos de ex alumnos.

Es cierto. De hecho mis hijos y mis nietos acuden a la Inmaculada. El ambiente de estudio, las instalaciones, los buenos recuerdos...creo que todo influye en la decisión.

¿Qué echa de menos en el colegio actual?

Antes todos éramos como una gran familia, nos conocíamos todos, los sábados ibamos al colegio a estudiar y los domingos nos reuníamos para ir al cine. Además, al colegio siempre ha pertenecido gente de Gijón muy conocida.

¿Cree que La Inmaculada es un referente en la sociedad gijonesa?

Por supuesto, también lo son otros, pero la Inmaculada ha generado a alumnos con cargos extraordinarios en la ciudad y ha influido en la vida social de Gijón.

(La Nueva España) Un alumno distinguido, Guillermo Molleda Valdés (de la promoción de 1954); tres profesores homenajeados: José Antonio López, María Ángeles Arnáez y María Antonia Cabal, y tres promociones que se intentarán reunir: las de 1960, 1985 y año 2000. Con esos mimbres, la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio de la Inmaculada va a celebrar, un año más y seguro que con gran éxito de convocatoria, su cita de estudiantes, docentes y otros miembros de la comunidad educativa que a lo largo de la historia han pasado por las aulas y los pasillos del centro escolar de la avenida de los Hermanos Felgueroso.

La cita, que ayer hicieron pública los portavoces de la Asociación de Antiguos Alumnos, que preside Antonio Pellico Fonseca, tendrá lugar el próximo sábado día 18 de diciembre. El programa de actos dará comienzo a las 11.00 horas, con la apertura del colegio y la retirada de los tiques para la comida; a las 11.30 horas comenzarán los actos más protocolarios, con el reconocimiento a los tres citados docentes como «Amigos de la asociación». Tras la entrega de medallas a los alumnos de las promociones de 1960, 1985 y 2000, seguirá el nombramiento de Senén Guillermo Molleda Valdés como «Alumno distinguido». A las 13.30 horas, en la iglesia del colegio, tendrá lugar una eucaristía y casi una hora después se procederá a juntar a todos para componer la foto de las promociones homenajeadas. La comida de fraternidad dará comienzo a las 14.30 horas, en el comedor del centro educativo.

La Asociación de Antiguos Alumnos valoró la «trayectoria profesional marcada por la versatilidad» y la «prolongada entrega al colegio y a la asociación» de Molleda, que durante 15 años (desde 1976) estuvo al frente de la agrupación.