(LA NUEVA ESPAÑA)

Los "Oscar" de la risa de Miguel Mingotes

El poeta gijonés relata anécdotas personales, muchas de ellas jocosas, relacionadas con seis de sus películas preferidas

F. G.

Miguel Mingotes, genio y figura, llenó ayer de ocurrencias cinematográficas el salón de actos del Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, haciendo memoria de seis películas que le impactaron, desde la tierna infancia hasta después, "ya talludito", relacionándolas con anécdotas jugosas de su azarosa vida. Mingotes, que llenó la sala, arrancó, como vaticinó su presentador, Alfonso Roa, profesor de la Escuela de Hostelería de Gijón "sonrisas, risas y carcajadas" en el auditorio, entregado a la causa de un personaje local que porta en su estructura vital al menos el 90% del ADN de Gijón.

Fue el de Mingotes un programa doble de cine y humor, sin ciertas dosis, como acostumbra, de melancólica acidez. "Antes de empezar con las escenas elegidas", dijo el ponente, "voy a poner una que es un rasgo de mi personalidad adulta: la ira". Y sobre la pantalla rugió el león de la Metro Goldwyn Mayer. Hermano mayor, a lo que se ve, de un minino que se paseó, siendo Miguel niño, por delante de la pantalla del viejo Albéniz, "como si fuera el actor principal: el gato de la Metro".

La escena inicial de "Lawrence de Arabia", en la que Peter O´Toole se estrella a gran velocidad con una motocicleta, sirvió de excusa a Mingotes para relatar una anécdota jocosa que tenía que ver con otros tiempos. "Yo trabajé unos años en un taller de coches y los amigos de mi padre venían a verme y a darme conversación. Uno que venía con frecuencia era Aurelio, Aurelín le llamaban porque era pequeñuco, quien me contó que de joven mi padre tuvo una moto MV. ¿MV o BMW? pensé yo. BMW no podía ser, porque era moto muy cara y no había perres, así que tenía que ser una MV Augusta. Después de mucho enrollarse le pregunté: Aurelín, ¿la moto de mi padre era Augusta?. A lo que él me respondió: ¿Augusta? Era más incómoda que la puta su madre...".

Hizo Mingotes un recorrido por seis películas que marcaron momentos de su vida: la ya citada "Lawrence de Arabia" (David Lean, 1962); "Ladrón de bicicletas" (Vittorio de Sica, 1948); "2001: una odisea del espacio" (Stanley Kubrick, 1968); "Amarcord" (Federico Fellini, 1973); "Mi tío de América" (Alain Resnais, 1980) y "Valentina, crónica del alba" (Antonio José Betancor, 1982).

La escena de la película de De Sica en la que el padre le propina una bofetada al niño protagonista, "con el que me sentí identificado, ya que la relación de adoración con su progenitor era similar a la que yo tenía con el mío", le dio pie a contar que el padre "me pegó dos o tres veces, siempre ñalgadas en el culo, una vez el día de la primera comunión, de manera que ese día comulgué por la mañana y por la tarde".

La rebelión del ordenador central de la nave de 2001, de Kubrick, le sirvió a Mingotes para pasar factura a la informática. "No me manejo con los ordenadores. Una vez me salió en la pantalla un mensaje que ponía: sus datos han sido capturados; pulse aceptar para abonar la multa. Ni de coña di a aceptar, sólo a cancelar, dos o tres veces, pero el mensaje volvía a salir. Arranqué el cable del enchufe pero lo que me apetecía era darle de osties al trasto. Si por el botellón te cascan 600 euros de multa, imagina por esto".