Noticias / Ana Riestra (p.1994) recurre al Metodo de la Abuela
Esta Noticia fue editada el: 13-11-2013

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(LA NUEVA ESPAÑA)

El mercado está en los piojos

Una emprendedora gijonesa abre la primera franquicia de Asturias especializada en quitar liendres de forma natural y sin químicos

A. RUBIERA

La gijonesa Ana Riestra llevabacasi doce años dedicada profesionalmente al sector del turismo cundo la quiebra de Marsars, primero, y los problemas en Halcón Viajes después -las dos empresas en las que sucesivamente estuvo empleada-, la llevaron a dar un giro absoluto a su vida laboral. Consciente de que insistir en mundo del turismo podría seguir dándole disgustos, decidió que debía probar suerte en algún nicho de mercado singular, original, con poca competencia y una demanda potencialmente alta. Y ahí estaban los piojos, esperando por ella.

"Buscaba algo que pudiera montar y llevar yo sola, que no supusieran una inversión enorme y en lo que me pudiera implicar con ciertas garantías. Y sabía que la mujer de un chico de Gijón, Neus Quimasó, había montado hacía algún tiempo un negocio de eliminación manual de piojos y liendres en Barcelona", rememora Ana Riestra. Así que quiso saber cómo le iba a Quimasó y, para su sorpresa, tras tres años de trabajo su empresa "Fuig poll" ("Huye piojo" o "Adiós piojo", como le gusta decir a la promotora) se había convertido ya en la matriz de una cadena de franquicias. El centro de atención de Gijón, que Ana Riestra acaba de abrir en la calle Donato Argüelles, será el quinto que replique el modelo de extracción y eliminación de liendres y piojos "siguiendo el método natural que usaban nuestras abuelas, sin recurrir a químicos", explica Riestra. Con la novedad, eso sí, de que lo primero que se hace es un aspirado mecánico de los parásitos vivos, para luego manualmente, con la lendrera y pelo a pelo, ir retirando todos los vestigios del bicho.

Tan singular es el negocio que para los registros administrativos han tenido que incluirlo en la categoría comercial de peluquería y estética, ya que no hay ninguna formación específica ni habilitación sanitaria que contemple una dedicación como la que va a tener Ana Riestra. Como instrumentos de trabajo en su consulta no hay mucho más que un aspirador especial, una lupa, un sillón de masaje, un peine de púas muy juntas, unas pinzas y mucha pericia. Esta gijonesa de 38 años, hija de peluquera, que creció viendo el problema de los piojos con naturalidad "pero sin ser consciente de que hubiera mucha plaga entre los niños o los escolares", ha descubierto a fuerza de investigar y de comentar el tema con amigos y conocidos que estos parásitos se están haciendo fuertes en la sociedad española del siglo XXI, sin que su presencia tenga "nada que ver con una cuestión de falta de higiene, de situación económica, de sexo o de edad", expone. En Oviedo hace sólo unas semanas se advertía de una plaga en los centros escolares y en Gijón, cada año, son muchos los colegios que envían notas informativas a las familias con la advertencia de las plagas.

"Cuando empecé a oir hablar de este tipo de negocio recuerdo que pensaba: "pero si en Asturias no hay piojos". Y no podía estar más equivocada. Pero también me he dado cuenta de que es un tema que está muy estigmatizado. A nadie le gusta que se sepa que en su familia hay piojos, cuando es algo muy común. Es contra eso contra lo primero que tengo que luchar", expone.

Si tiene que buscarle una explicación a tanta plaga, Ana Riestra considera que hay un factor clave que hace las delicias de los piojos. "Que se ha perdido esa dedicación de las mamás o de las abuelas, que ya no tienen tiempo para revisar las cabezas de los niños como se hacía antes. Porque por mucho que se aplique un tratamiento, luego hay que ser metódico en pasar la lendrera para que no se vuelva a coger piojos. Pero la dejadez y el cansancio de quien tiene una jornada laboral larga hace que se haya perdido algo que antes era absolutamente natural", razona.

El tratamiento que se propone en "Fuig poll" es de tres fases (aspirado, pase de lendrera y revisión al milímetro), que se cumple en dos sesiones de hora y media cada una. El precio ronda los cien euros como estándar, aunque también tiene cuotas menores dependiendo del grado de infestación. "Este negocio está pensado sobre todo para quienes tienen melenas y quieren conservarlas, yo no ofrezco corte de pelo ni tratamientos químicos que ya hay en farmacias. Nuestra idea es que no hay por qué agredir el cuero cabelludo de un niño con productos químicos cuando se puede hacer una intervención menos agresiva pero eficaz", cuenta.

Como forma de darse a conocer, Ana Riestra está ahora explorando muchas alianzas. Así, no duda en visitar colegios, centros de ocio infantil, incluso de moda de niños y ya ha firmado un convenio con la Asociación de Familias Numerosas de Asturias para ofrecerles un descuento del diez por ciento en sus servicios. Y se muestra dispuesta a ofrecer charlas o poner sus conocimientos al servicio de quien los pueda necesitar, empezando desde la misma sala de espera de su consulta. "Los piojos no saltan ni vuelan; sólo se contagian por contacto; van tanto al pelo sucio como al limpio; cualquier que tenga pelo puede tener piojos", son algunas de las ideas que tiene escritas en la pizarra del centro.

Respecto a las edades más propicias para la infestación, Ana sostiene que "el contagio sólo se da cuando hay contacto de cabeza con cabeza y eso es muy típico en los niños de infantil; de ahí que también lo cogan las madres y los padres que junta su cabeza con los niños, por ejemplo al contarles cuentos; o las maestras. Luego los niños entran más en una fase de jugar al aire libre, con más deporte y menos contacto, y ahí cae la intensidad del contagio. Pero se está viendo que también en la adolescencia y por los juegos con las consolas, que hace que se junten las cabezas, aumenta el contagio". Con lo cual, Ana Riestra cree que "hay nicho de mercado para mi negocio, o, al menos, eso espero".

Foto Angel