Noticias / Javier Fdez. Costales (p.1964) recibe la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort
Fue nombrado antiguo alumno distinguido en 1997
Esta Noticia fue editada el: 27-01-2014

Javier Fdez. Costales (p.1964) recibe la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort max-width=

(LA NUEVA ESPAÑA)

"La formación del jurista integral es lo que me llamó como vocación"

"Asturias y León siempre han tenido una relación muy fluida en lo humano; sería bueno también que lo fuera en lo económico"

J. M. CEINOS

En un acto que se celebró ayer, en el salón de grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Léon, le fue impuesta la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort a Javier Fernández Costales (Gijón, 1947), catedrático y profesor emérito de Derecho Civil y consejero emérito en el Consejo Consultivo de Castilla y León. En el acto, pronunció una conferencia la profesora-doctora Emilia Casas Baamonde, ex presidenta del Tribunal Constitucional y catedrática de Derecho del Trabajo.

Javier Fernández Costales estudió el Bachillerato en el Real Instituto de Jovellanos y en el colegio de la Inmaculada, en Gijón, en el que fue nombrado Antiguo Alumno Distinguido en 1997. Estudió Derecho en la Universidad de Cimavilla, con Fermín García-Bernardo, y se licenció en la Universidad de Oviedo. Nieto de Ramón Fernández González, que fue alcalde de Gijón (1918-1919), desde 1975 reside en León, donde en 1991 obtuvo la cátedra de Derecho Civil y, posteriormente, fue elegido decano de la Facultad de Derecho. También fue concejal del Ayuntamiento de León, vicepresidente de la Diputación de la vecina provincia y presidente de Caja España.

-La primera pregunta es obligada. ¿Qué significa para usted que le hayan concedido la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort?

-Evidentemente un honor, un orgullo y una satisfacción por el reconocimiento que el Ministerio de Justicia y el Gobierno de España hacen a mí dedicación universitaria, docente e investigadora en el campo del Derecho y mi compromiso social.

-¿Licenciado en Derecho, por qué se dedicó a la enseñanza y no al ejercicio de la abogacía?

-Siempre me llamó la formación de los juristas. Siempre tuve esa vocación. Las facultades son de Derecho, no lo son de preparación exclusivamente profesional para una de las especializaciones del Derecho. La formación del jurista integral es lo que me llamó como vocación. Ese jurista o profesional del Derecho que puede ser abogado, procurador, juez, fiscal, notario, registrador, abogado del Estado... Es decir, que el campo del Derecho luego en el ejercicio profesional es amplísimo y a mí me llamaba siempre la formación del jurista integral.

-Estuvo usted, un gijonés, en el meollo de la formación de la Universidad de León. ¿Cómo fue?

-León era un campus perteneciente a la Universidad de Oviedo que tenía dos facultades: una antigua, famosa y prestigiada, la de Veterinaria, y una más moderna, que era la de Biológicas. Y tenía un colegio universitario con dos secciones: Derecho y Filosofía, más algunas escuelas universitarias como la de Magisterio, de Comercio y de Ingenieros de Minas. En fin, era un campus dependiente de la Universidad de Oviedo. En el año 1979, por ley 31 de octubre de ese año, se creó la Universidad de León junto con las de Alicante y Las Palmas. Para crear esa universidad se necesitaban cuatro facultades y había dos. Entonces lo que se hizo fue transformar el colegio universitario, con sus dos divisiones, en las facultades de Derecho y de Filosofía. Con esas cuatro facultades se creó la Universidad de León y todo el resto de centros universitarios. Yo ya me había incorporado previamente a la creación de la Universidad de León, en 1975, para organizar lo que era el área de Derecho Civil y el seminario Biblioteca de Derecho Civil. Mi semilla, mi grano de arena fue, precisamente, que una de las facultades que fue necesaria para crear la Universidad de León fue la de Derecho y yo contribuí desde el Derecho Civil, que es mi especialidad. También es cierto que me siento muy orgulloso de haber pertenecido a las tres instituciones que sustentaron la creación de la Universidad de León: Caja León, la Diputación y el Ayuntamiento, sin perjuicio de que fue todo el pueblo de León en el apoyo de la universidad con la aprobación, en las Cortes Generales, de la creación de la Universidad de León.

-Recuerdo que, entonces, en Oviedo no sentó muy bien...

-Todo lo que sea independizar un campus para tener su soberanía universitaria propia genera el conflicto, lógicamente, de intereses. Y para eso debe haber una madurez necesaria, no es simplemente crear una universidad en el "Boletín Oficial del Estado" o tener un edificio, hay que tener un contenido, y eso lo da el profesorado y el alumnado. Evidentemente, León cumplía todos los parámetros para que el Ministerio de Educación y Ciencia, cuyo ministro era Íñigo Cavero, llevara a las Cortes Generales la creación de la Universidad de León, que con ella formaba la tercera de Castilla y León tras Salamanca y Valladolid.

-¿Cuántos alumnos tiene ahora la Universidad de León?

-Aproximadamente unos doce mil.

-¿Una gran industria para la ciudad?

-Evidentemente la empresa Universidad de León puede ser la más importante de León, no solamente en el aspecto formativo, también en el económico por la situación socioeconómica que genera en el ámbito de la capital y la provincia.

-¿Por qué se dedicó al Derecho Civil?

-Es la columna vertebral del Derecho. En las facultades de Derecho el Civil, al margen de las modificaciones habidas con los planes de estudios, es una asignatura que se daba en cuatro cursos de los cinco de la licenciatura. El Derecho Civil regula las normas que rigen a la persona desde que nace hasta que muere. Diría que antes de nacer y después de morir. Encausa también, a través de las sucesiones, las regulaciones o relaciones ordinarias. Además de regular, el ser sujeto de derechos y de patrimonio y de las obligaciones y contratos que sirven para el intercambio de bienes y servicios en la sociedad. Es decir, que es para la formación del jurista integral la especialización que conllevaba mayor amplitud en el campo de la formación de los profesionales del Derecho.

-¿Hacia dónde camina el Derecho Civil?

-Viene a ser, en algunas materias, cuasi constitucional, ya que normalmente en la Constitución muchos de los temas se remiten luego a la ley ordinaria y precisamente el Código Civil, es magna obra que agrupó todo el antiguo Derecho histórico español en la época de la codificación, pues ha generado que cuando hay cambios sociales, al tratarse de la regulación de la persona, se cambien y se modifiquen tanto en obligaciones y contratos, como en familia, derecho de sucesiones y la parte general, que es el derecho de la persona como tal. Hoy en día vemos una regulación distinta del menor de edad con respecto a la mayoría de edad, vemos una regulación diferente en las obligaciones y contratos con temas de una actualidad tremenda, como es el mercado hipotecario y la dación en pago, y en familia no digamos, en función del cambio que con la Constitución trajo la nueva regulación de la filiación, del matrimonio y, por supuesto, en el derecho de sucesiones, que es lo que menos cambió, pero también genera, de la derivación de la regulación de la persona, modificaciones sustanciales.

-¿Debe modernizarse más o no es necesario?

-El Derecho Civil se modernizó mucho, por ejemplo se peinó todo lo relativo a la discriminación por razó de sexo. Es decir, tenemos un Derecho Civil moderno, sin perjuicio de tener ese refugio tan importante que es el Código Civil, que es el derecho supletorio de todos los derechos cuando no hay regulación o existen lagunas jurídicas.

-¿José Luis Rodríguez Zapatero fue buen estudiante?

-Fui profesor de él, en Derecho Civil, y en quinto curso en Derecho de Familia y Sucesiones. Era un alumno comprometido con la Facultad, era delegado de estudiantes, y los estudios estaban en su formación, pero fundamentalmente en la representación de los estudiartes. Su especialización iba más por una formación de Derecho denominado entonces político y constitucional.

-¿De su etapa política y como presidente de Caja España tiene buenos o malos recuerdos?

-Siempre buenos recuerdos. Mi faceta social y universitaria estuvo orientada en una parte política, cuando fui vicepresidente de la Diputación y concejal del Ayuntamiento de León para coordinar los temas universitarios en estas dos instituciones. Y fundamentalmente en Caja España, presidente en 1997 y parte de 1998, elegido por los impositores. Tengo el buen recuerdo de haber participado en el plan estratégico de expansión de Caja España con la finalidad, que entonces tenían las cajas de ahorros, de su función social como primordial...

-Que se perdió...

-Evidentemente por las cajas ha pasado una ciclogénesis explosiva.

-¿Cómo se ve Gijón y Asturias desde León?

-Geográficamente Asturias es una región fondo de saco, por eso mira siempre hacia el mar, pero en la época de Jovellanos se miraba también hacia el interior, hacia la Meseta. Asturias y León siempre han tenido una relación muy fluida en lo humano; lo bueno sería que lo fuera también en el aspecto político-económico y social, como lo demuestra ahora mismo que con Galicia y Portugal quieran formar una macroregión para traer más fondos europeos: ese es el camino, la unión, la colaboración, independientemente de que cada uno sea su comunidad autónoma, pero la colaboración, la cooperación. Lo mismo diría de Gijón y de Asturias. Produce tristeza social que no haya acuerdo ni en el Principado ni en el Ayuntamiento para los presupuestos de este año

Foto Angel