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Esta Noticia fue editada el: 25-02-2014

Encuentro informativo sobre la celebración del Bicentenario de la Restauración de la Compañía. max-width=

El pasado miércoles 12, tuvo lugar un encuentro informativo en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid sobre la celebración del Bicentenario de la Restauración de la Compañía de Jesús, en el que intervinieron los P. Alfredo Verdoy, SJ, director de la revista Razón y Fe, y profesor de Historia de la Iglesia de la citada universidad; P. Pascual Cebollada, SJ, coordinador del bicentenario de la restauración en España (que se celebrará en 2015), y el P. Daniel Izuzquiza, SJ, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado. Se transcriben a continuación las crónicas del mismo publicadas por la agencia SERVIMEDIA, por el SIC - Servicio de Información Católica de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social y por la web Religión Digital: 

“Contagiad la vida”, el lema que alienta en España a los 1.200 jesuitas

AGENCIA SIC

Durante 41 años de su historia (1773-1814) la Compañía de Jesús quedó extinguida y tan sólo se mantuvo viva en una parte de la Europa oriental, paradójicamente una zona regida por dos gobernantes no católicos, Federico de Prusia y la zarina Catalina II de Rusia. Un Papa, que además era franciscano, (Clemente XIV), la suprimió y otro Papa (Pío VII) la restauró.

Sólo de España y de sus tierras fueron expulsados unos cinco mil jesuitas, dos mil setecientos en la península y unos dos mil trescientos en las colonias. De esos años de desolación, en que los jesuitas tuvieron que sobrevivir como pudieron y en que también aprendieron de sus errores y mostraron su obediencia fiel al Papa, nacería una Compañía renovada que en pocos años crecería con celeridad. Así, en 1814 quedaban 750 jesuitas en todo el mundo y en 1820 ya eran 1.300.  

La Compañía de Jesús en España conmemora el Bicentenario desde una perspectiva no sólo histórica, sino también de presente, renovándose e impulsando nuevos proyectos y modos de hacer. En español, al lema del Aniversario “Id, inflamad todas las cosas”, hemos añadido un “Contagiad la vida”, porque es lo que queremos los más de 1.200 jesuitas de nuestro país para 2014.

En la rueda de prensa celebrada este miércoles, 12 de febrero, Alfredo Verdoy, sj , ha hecho un breve repaso histórico de este proceso que vivió la Compañía. Pascual Cebollada, sj ha indicado que este aniversario tiene dos objetivos fundamentales: conocer la historia y aprender de la historia, y para ello se han programado una serie de congresos y eventos de carácter no sólo académico, sino también divulgativo.

Por su parte, Daniel Izuzquiza se ha referido al presente de la Congregación y que se puede aprender de esta historia para vivir la vocación en el día de hoy. Ha comentado las distintos proyectos que se están llevando a cabo a nivel social, educativo tanto en universidades como en centros de enseñanza media, y a nivel pastoral.


Los jesuitas celebran 200 años de su restauración

SERVIMEDIA

La Compañía de Jesús celebra este año dos siglos de su restauración con el objetivo de “conocer y aprender de la historia” y con el “subidón” que la elección del Papa Francisco ha supuesto para las vocaciones de esta congregación, que durante 41 años (1773-1814) desapareció casi por completo salvo un pequeño reducto en la no católica Europa oriental.

De todo ello se habló este miércoles en un encuentro informativo celebrado en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, en el que intervinieron los jesuitas Alfredo Verdoy, profesor de Historia de la Iglesia de la citada universidad; Pascual Cebollada, coordinador del bicentenario de la restauración en España (que se celebrará en 2015), y Daniel Izuzquiza, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado.

Verdoy destacó que estos dos siglos que han pasado desde la bula que restableció la compañía han sido “muy difíciles”, con nuevas supresiones y enfrentamientos con gobiernos de todo tipo. “Actualmente, la Compañía de Jesús trata de remar y salir adelante en medio de un mar muy proceloso donde no hay enemigos visibles pero sí invisibles, que se llaman secularización y relativismo”, dijo.

“Sentimos la secularización y el relativismo en nuestras propias vidas, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos”, añadió, y confesó que tener una decena de seminaristas todos los años sería “un sueño”, pues cada curso suelen tomar ese camino unos seis o siete novicios, que no llegan a sacerdotes por falta de cualificación y la exigencia del proceso que propone la compañía. 

Comparando aquel periodo de cuatro décadas de desolación con la actual, el profesor matizó que “hoy la Iglesia no tiene enemigos declarados como tuvo en el siglo XIX y el XX. Si cabe hablar de ‘enemigos’ serían los mismos que tienen las grandes instituciones de las que formamos parte”, dijo en referencia al orden establecido, la familia, las empresas y la sociedad. “La Compañía de Jesús no se siente agobiada, perseguida ni presionada por nadie”, agregó. 

A esa sensación ha contribuido, sin duda, la elección hace casi un año de un jesuita como Papa. Según Alfredo Verdoy, que Francisco sea el obispo de Roma “ha supuesto un subidón de aprecio a la vida religiosa y a la vocación” de los jesuitas.

APRENDER DE LA HISTORIA

El ‘efecto Francisco’ puede explicar que la afluencia a cursos de espiritualidad que organizan los miembros de la compañía se haya duplicado, según confirmó Pascual Cebollada, que también insistió en que los jesuitas tienen “que conocer y aprender” de su propia historia para no repetir errores. 

Precisamente, el Papa, ha dado una serie de consejos a sus compañeros. “Al venir de dentro de la compañía es el que mejor nos conoce”, matizó Cebollada, que recordó la llamada de Francisco a tener “cuidado con el individualismo” y a estar “unidos a Jesucristo”. No ha habido “ningún tipo de triunfalismo” por que el nuevo Papa fuese jesuita. “No queríamos volver a 1773”, concretó este experto en la restauración de la Compañía de Jesús.

También tomó la palabra Daniel Izuzquiza, que abordó cuestiones más ligadas a la actualidad, como la labor que los jesuitas hacen con los inmigrantes. Por ello, en referencia a los recientes fallecidos en la costa de Ceuta, hizo un llamamiento a la sociedad: “Debemos entender que la inmigración está aquí para quedarse y que nuestra sociedad no puede entenderse sin ello”. 

Así, aunque justificó el control de las fronteras por parte de los gobiernos, también llamó a hacerlo “de la mano de los derechos humanos”. “Queremos reforzar la hospitalidad; las vallas, las pelotas de goma y las concertinas levantan muros afectivos, crean más hostilidad que afectividad”, agregó. Y aunque reconoció que España sufre la crisis económica, pidió a la ciudadanía y a los gobernantes una mirada más amplia sobre el asunto.

El de la inmigración es uno de los ámbitos en los que trabajan los miembros de la compañía (aunque sus cuatro pilares son el apostolado social, las universidades, la educación secundaria y el área pastoral) y donde seguirán esforzándose siguiendo la recomendación de Francisco de acudir “a las periferias existenciales”. Y comparó la situación de crisis actual con la de las cuatro décadas de “zarandeo total” que vivieron los jesuitas hace dos siglos.

Durante este año y el próximo, que es cuando los jesuitas españoles cumplen el segundo centenario de su restauración, tendrán lugar numerosas actividades, bajo el lema 'Id, inflamad todas las cosas. Contagiad la vida', para difundir entre los más de 1.200 jesuitas que hay en España y entre la sociedad en general lo que ocurrió entre 1773 y 1814.


“La Iglesia española tiene que apostar por la renovación”

• Los jesuitas aseguran que Francisco está despertando “el deseo de espiritualidad”

• Piden políticas más solidarias y el control de las fronteras respetando los derecho humanos

• “La elección de un Papa jesuita no nos hace caer en el triunfalismo ni en el ahora nos toca a nosotros”

RELIGIÓN DIGITAL. José Manuel Vidal

La Compañía de Jesús celebra los 200 años de su restauración(1814-2014) y quiere seguir siendo fiel a sus señas de identidad espirituales y sociales. Para hacer frente a los "enemigos invisibles actuales", que son la secularización y el relativismo, los jesuitas piden políticas sociales más solidarias, mayor comunión eclesial, la puesta en marcha de la "renovación" que la Iglesia española necesita y aprovechar la oleada de entusiasmo espiritual que está despertando Francisco, el primer Papa jesuita.

Los jesuitas españoles quieren aprovechar la efemérides del bicentenario de su restauración, para "aprender de la historia" y reafirmarse en su carisma de "obreros evangélicos y eclesiásticos" y "remeros experimentados y robustos de la Santa Sede, de los Papas y de la navecilla de Pedro que navega por mares encrespados". Así reza el acta de restauración, promulgada por el Papa Pío VII, el 7 de agosto de 1814. La Compañía había sido suprimida por el Papa Clemente XIV el 16 de agosto de 1773. Estuvo, pues, extinguida, 41 años y sus 5.000 miembros desterrados y refugiados en Prusia o en Rusia.

En la rueda de prensa de presentación del bicentenario de la restauración estuvieron presentes Alfredo Verdoy, director de la revista 'Razón y Fe', Pascual Cebollada, coordinador del bicentenario en España, y Daniel Izuzquiza, director del Centro de Reflexión Alberto Hurtado. Precisamente este último aseguraba que, en la actualidad, los jesuitas siguen "en proceso de renovación" espoleados por la llegada al solio pontificio de un Papa de la orden. "El liderazgo de Francisco nos lanza de una manera más ilusionada a las periferias existenciales".

Esta salida a las periferias se enmarca dentro de la conservación de las cuatro áreas organizativas clásicas de la Compañía: el apostolado social, las universidades, los colegios y la pastoral. Y con dos ejes vertebradores: la denuncia social y el cultivo de la espiritualidad ignaciana.

Políticas solidarias

En el ámbito de lo social, los jesuitas españoles piden políticas mucho más solidarias con los que más sufren la crisis y con los emigrantes. Y es que, según Izuzquiza, "la gestión de la crisis, dominada por el dogma de la austeridad, castiga a la gente más humilde".

El jesuita asegura que "la emigración está aquí para quedarse" y sin ella "no puede entenderse la sociedad española ni ahora ni en el futuro". De ahí que señale que los emigrantes tienen "derecho a no emigrar" y "derecho a emigrar". Estos dos derechos fundamentales tienen que conjugarse con otro derecho subsidiario, el del "Estado a controlasr las fronteras siempre respetando escrupulosamente los derechos humanos".

En este terreno y tras denunciar los "sucesos de Ceuta", lo que quieren los jesuitas es "reforzar la hospitalidad". Por eso, Daniel Izuzquiza asegura que "las cuchillas, las vallas o las pelotas de goma solo crea más hostilidad y sólo levanta muros emocionales", pero no ayudan a solucionar los problemas migratorios, porque "no se le pueden poner puertas al mar".

"La Compañía no se siente perseguida"

Como institución, la Compañía de Jesús, a diferencia de hace 200 años, "no se siente perseguida" y "no tiene enemigos declarados", como explica Alfredo Verdoy. Pero también es consciente de que la vida y la acción de los jesuitas "hoy no vende", porque "ya no se tienen en cuenta los valores evangélicos". Fruto de esa situación es la propia escasez de vocaciones. "Tener jóvenes en los noviciados se ha convertido en un sueño casi imposible. Solemos tener unos 5 o 6 al año, en un presente de zozobra".

Y eso que los tres jesuitas reconocen que su orden se encuentra en un momento dulce, aupada por el Papa. "A mí, Francisco me supuso un subidón", explica Verdoy. Y es que, "después de décadas en las que la vida religiosa estuvo castigada y postergada por parte del propio Vaticano, va el cónclave y elige un Papa religioso y la opinión pública lo refrenda".

Además de agradecer los detalles que el papa tiene con la Compañía, como la elevación a los altares de Pedro Fabro, Verdoy asegura que los beneficios del Papa en la Iglesia se están "notando ya en todas partes". Por ejemplo, en que la gente "se confiesa de estar triste", porque el Papa dice que los creyente no pueden ser pepinillos en vinagre.

O, como dice Pascual Cebollada, "se está notando mucho la afluencia a los cursos de espiritualidad, duplicada en gran parte por el efecto Francisco". Porque está claro que el Papa rezuma espiritualidad ignaciana, basada, como explica Izuzquiza, en "la pasión por Cristo, en la libertad y en el discernimiento" y "encarna en sí mismo que eso es algo que se puede vivir".

Aún así, los jesuitas no quieren caer "ni en el triunfalismo" ni "el ahora nos toca a nosotros". Eso sí, siguiendo al Papa, reivindican que "lo social es el corazón del Evangelio" y piden que la nueva primavera de Francisco cale ya en España.

"En nuestro país, los Gobiernos siempre se han caracterizado por enfrentarse abierta o ladinamente a todo lo que venga de la Iglesia, mientras los propios católicos españoles se enfrentan entre sí y, mientras tanto, la casa sin barrer", explica Verdoy.

De ahí la mayor dificultad para que también en España se 'franciscanice'. "La Iglesia de España tiene que hacer una apuesta grande por la renovación de sus estructuras de gobierno, para poder actuar con pasión, con discernimiento y con libertad", concluye el director de 'Razón y fe'.

 

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Foto Angel