Noticias / Antonio Fernández-Escandón Ortiz (p.1971) entrevistado como una Grande de la Semana Grande
"Si tengo clara una idea entro con ella por una pared"
Esta Noticia fue editada el: 18-08-2014

Antonio Fernández-Escandón Ortiz (p.1971) entrevistado como una Grande de la Semana Grande max-width=

(La Nueva España)

"Hay que saber escuchar; si escuchas más que hablas no cometes errores"

Cuca ALONSO. Es, sin duda, el empresario del momento. Éxitos y galardones responden de su trayectoria profesional, sin que con ello haya modificado en un ápice la sencillez de su personalidad. Sigue siendo aquel chaval simpático y asequible, libre de complicaciones. Llegó en su Vespa roja, casi una reliquia: "Me la regaló Macarena en 1981 y aún anda".

-Por favor, defínase.

- Nací en Gijón (1953) y estudié en los Jesuitas. Creo que Chema Cabezudo, Alfonso Peláez, Luis Amado y yo somos de los pocos que desde los cinco años hasta el final del Bachiller estuvimos juntos. Me considero constante, disciplinado y tenaz; si tengo clara una idea entro con ella por una pared. Estoy casado y tengo dos hijas.

-¿Cómo lleva lo de ser una referencia empresarial?

-No me gusta ser ejemplo de nada. Lo que siento es que nuestra empresa sea única, me gustaría que hubiera muchas más.

-¿Qué significa el nombre de Zitrón?

-Nietos Ortiz, al revés. Antes la sociedad se llamaba, Ortiz Sobrinos, dedicada a la minería del carbón. La primera piedra del negocio la puso mi padre, Aurelio Fernández Escandón, que veía mucho futuro en la mecanización de las minas.

-¿Zitrón supuso su bautismo profesional?

-No, antes, en 1981, trabajé en una empresa de sondeos, buscando gas en los Pirineos; primero en Aoiz, Navarra, y después en Jaca. Poco después llegué a Zitrón, que ya tiene 51 años.

-Y fue usted el impulsor de su despegue...

-Más bien del cambio. En 1991 me nombraron gerente; la minería ya iba mal y era necesaria una alternativa. Nos dedicamos a la ventilación de túneles. Hoy somos reconocidos mundialmente. Acabo de firmar toda la ventilación del Metro de Londres.

-¿En cuántos países trabajan?

-Tenemos fábrica en Australia, India, Holanda, y Chile. Y oficinas en Moscú, Turquía y Francia. Facturamos 60 millones de euros al año, que comparados con las cifras de los grandes grupos no es mucho, pero sostenemos una plantilla de 280 personas.

-¿Cuál es el secreto de su éxito?

-Creo que el saber rodearme de gente muy buena y competente. De otro modo, yo estoy todo el día inventando. Si no lo haces te quedas atrás porque la competencia no para.

- ¿Qué expectativas le ofrece Asturias?

-No muy buenas. Asturias ya no fabrica casi nada, la mayoría de los negocios son de comprar y vender. La juventud se está yendo y todo el conocimiento que había poco a poco se pierde.

-¿A usted qué le carga de energía?

-En verano, el paseo por la orilla de la playa de San Lorenzo, desde el Piles a San Pedro, aunque esté nublado. Por el invierno el esquí.

-¿Quién ha sido su maestro?

-Aprendí mucho de Joaquín Cortina, mi antecesor en Zitrón; con mi padre no tuve oportunidad de coincidir profesionalmente.

-¿Cuál es para usted el mejor momento del día?

-Al acabar la jornada, cuando al fin llega el reposo del guerrero.

- ¿Y su mayor virtud?

-Creo que sé escuchar. Si escuchas más que hablas, no se cometen errores.

-¿Políticamente, dónde está?

-En la derecha, creo que son los que mejor manejan la economía, pero mantengo excelentes relaciones con la gente del PSOE, desde el presidente, Javier Fernández, a varios consejeros.

- En cuanto al deporte, ¿tiene alguna frustración?

-Sí, yo jugaba bien al fútbol y tuve que dejarlo por los estudios. Así que me quedé con la duda de si hubiera llegado a ser un buen futbolista.

-Mi vara mágica le concede tres deseos, elija...

-Me gustaría que Zitrón creciera más. Que se acabara el desempleo en Asturias y que el Sporting, después de subir a Primera División, fuera campeón de liga. Por pedir... Lo pintoresco es que el novio de mi hija, carbayón, me ha regalado acciones del Oviedo.

-¿Ya tiene usted un delfín, en Zitrón?

-No, eso depende de los accionistas y del consejo. Yo ahí no pinto nada.

-¿Se siente plenamente satisfecho de su gestión?

-Más que satisfecho, orgulloso. Pero no sólo por Zitrón sino por dos sociedades quebradas que logré levantar y hoy están en pleno funcionamiento y dando dinero; una en Holanda y la otra en Alemania.

- ¿Cuál es el último beso que ha dado?

-A mi mujer, el sábado...

Foto Angel