(EL COMERCIO)

"El expolio a Cataluña es un mito"

En un ensayo sobre el soberanismo, el economista Ángel de la Fuente rechaza la tesis nacionalista del España nos roba

ANDRÉS SUÁREZ

Más allá de la política pura y dura, buena parte del discurso independentista tiene una fuerte carga económica. Sostienen los nacionalistas que otro gallo cantaría si Cataluña fuera soberana y, por tanto, dependiese de sí misma, evitando así dos de los males que achacan al sistema actual: el injusto reparto de recursos de la financiación autonómica y el saldo fiscal de la comunidad, sustentado en el famoso argumento del España nos roba. Un razonamiento al que pone muchísimos reparos el economista asturiano Ángel de la Fuente, a través de un texto incluido en el ensayo titulado El mito de la secesión en el que comparte opinión con otros trece expertos en distintas materias. Su análisis es concluyente: "No se ven por ningún sitio signos de que el sistema le tenga a Cataluña una especial ojeriza; tanto en términos de financiación como de saldo fiscal -la diferencia entre lo que se paga en cada territorio en impuestos estatales y lo que vuelve luego como gasto de la administración central- está básicamente donde le toca cuando la comparamos con otras regiones españolas o extranjeras con niveles de renta similares".

Mucho ruido y pocas nueces es el título del epígrafe de conclusiones del texto del economista gijonés, director de Fedea, como parte de una publicación editada por Almuzara. Eso ya lo dice todo. La tesis que expone De la Fuente se sustenta sobre un doble pilar. Por un lado, esa constatación de que Cataluña no sufre un agravio en materia de financiación o saldo fiscal. Por otro, que sí es cierto que tanto en el modelo de financiación como en la distribución del gasto por territorios que realiza la Administración central hay situaciones "más que discutibles" que convendría corregir. Que esas anomalías generen "cierta irritación" entre muchos catalanes "es comprensible", opina. "Que sean motivo suficiente para justificar la secesión es bastante más discutible", apostilla.

En lo tocante a la financiación autonómica, De la Fuente apunta con ironía que "en contra de lo que cabría esperar tras escuchar a los perpetuamente ofendidos y cabreados nacionalistas", Cataluña "no está especialmente mal financiada". Acompaña su afirmación con datos. Tomando 100 como media, la comunidad se situaría en un índice de 99,6, entre Madrid y Andalucía (100,8 y 98,8 respectivamente) y por delante de Baleares (93,3) o Valencia (92,6). Las cifras, indica, "no avalan la tesis del maltrato".

Eso no quiere decir que no haya problemas. El economista señala hechos como que entre las regiones mejor y peor tratadas haya un abanico de 27,5 puntos sin que en muchos casos existan elementos objetivos que justifiquen tales desviaciones. Hace también referencia al mecanismo especial de que gozan País Vasco y Navarra, un sistema foral con el que Cataluña también querría contar y que permite que dos de las comunidades más ricas "no contribuyan prácticamente nada" a la solidaridad y "ni siquiera paguen la parte que les toca de los servicios comunes" que la administración central presta a todos. "Querer apuntarse al mismo chollo es solo humano", añade en alusión a las pretensiones de los nacionalistas catalanes. Para De la Fuente, este tipo de circunstancias generan una "comprensible irritación" entre una parte de la población. Cosa distinta, indica, es que sirvan para justificar el soberanismo.

Cálculos razonables

La segunda cuestión tiene que ver con el anteriormente citado saldo fiscal. Aquí entra en juego el "mito del expolio", tal y como se refiere el experto a las quejas catalanas de que sus "sufridos contribuyentes" pagan impuestos de más en relación al gasto que luego la administración central realiza en la comunidad. Un déficit fiscal que la Generalitat cifra en el 8,5% del PIB, unos 16.500 millones de euros, dato que De la Fuente pone abiertamente en duda y sitúa, utilizando cálculos "más razonables", entre el 5 y el 6% de la riqueza regional.

Sobre esta cuestión, De la Fuente realiza varias consideraciones. Sobre los números en sí, no ve nada raro. Señala que dado que Cataluña está entre las regiones con mayor renta per cápita, "lo esperable es que presente un déficit fiscal y así es". El España nos roba no sería, pues, un argumento veraz. De lo que sí advierte, como también hace en materia de financiación, es de la existencia de desviaciones llamativas, al alza y a la baja, entre las regiones sobre lo que sería razonable, dando lugar a posibles situaciones "de injusticia o privilegio que habría que investigar con cuidado y seguramente corregir". Excepciones que, asevera, "sientan como una patada en la espinilla a muchos nacionalistas catalanes". Pero que, objeta, no dan cobertura a discursos victimistas. "No da patente de corso para inventarse lacrimógenas historias sobre el expolio con las que buscan cabrear al personal para arrimar el ascua a su sardina", zanja.

Termina Ángel de la Fuente su reflexión con dos puntualizaciones. La primera, más concreta, para rechazar que Cataluña pudiera estar mejor financiada con el sistema alemán, como con frecuencia sostienen los nacionalistas. "Es falso que los länders tengan un techo de solidaridad, los estados alemanes gozan de menor autonomía fiscal que las comunidades autónomas", indica. La comparación con los sistemas de financiación de Reino Unido, Australia, Canadá o Estados Unidos "no sugiere en absoluto que Cataluña esté especialmente maltratada", precisa. La segunda, más general, sirve de enmienda de totalidad al discurso victimista que achaca al soberanismo: "En términos de financiación y de saldo fiscal, Cataluña está básicamente donde le toca cuando la comparamos con otras regiones españolas y extranjeras".