El pasado día 2 de octubre la revista Razón y Fe presentó su número de octubre  “Comprender, apoyar y vivir la familia” dedicado monográficamente a la familia. Se transcribe crónica del acto de presentación y se adjuntan el editorial de la revista así como el artículo Divorcio y divorciados. Reflexión ante el Sínodo de la Familia del P. José María Díaz Moreno, SJ (Dimo), al final.

“Comprender, apoyar y vivir la familia”.

En vísperas del Sínodo de Obispos sobre la Familia, la revista Razón y Fe presentó su número monográfico titulado “Comprender, apoyar y vivir la familia”, en un acto público celebrado en Madrid, en el salón de actos de la residencia jesuita de Maldonado, el pasado 1 de octubre.

Cinco invitados de reconocido prestigio profesional en diferentes ámbitos de la sociedad analizaron para los presentes los que, desde su punto de vista, son los retos de la familia actual y los retos de la Iglesia ante el próximo Sínodo de los Obispos sobre la Familia. Hablaron desde su visión profesional y también desde su testimonio personal, sus vivencias familiares tanto de las familias de las que proceden como de las que han formado. Fueron moderados por el jefe de redacción de la revista, el jesuita P. Daniel Izuzquiza, SJ.

Una cosa quedó clara para el auditorio y es que los invitados no consideran que la familia esté en crisis, sino que han cambiado los modelos de familia y por tanto hay que tener un mayor respeto hacia esas modalidades y saber dar las respuestas que necesitan esos nuevos modelos. Para algunos de los ponentes todos los modelos familiares tienen el mismo valor, para otros no.

La ex profesora de Comillas y Directora General de Familia del Ministerio de Sanidad, Salomé Adroher, habló tanto de su visión desde el sector público como desde su mirada cristiana. Incidió en que “la familia siempre va a contracorriente” porque funciona “a largo plazo” frente al cortoplacismo de la sociedad, “protege al más débil” y en ella “la comunicación es esencial”, frente al mundo del WhatsApp de la sociedad actual, “que no siempre ayuda”. Adroher, entre otras cosas, pidió al Sínodo que “la Iglesia sea una casa de todos, y que no se dedique a definir qué es, y sobre todo quién no es familia", y que muestre a todos “el rostro de Dios”. Y también “que sea valiente en dar respuesta a temas en los que la gran mayoría de familias cristianas se sienten lejos, como el control de natalidad, los anticonceptivos, los divorcios, las parejas del mismo sexo…”

La novelista María Dueñas, a pesar de que viene de una familia tradicional, es una firme convencida de que “hay que tener esa mente abierta y tolerante para la gente que no está en el pack familiar más convencional” y quizá por eso, dijo, incluye en sus novelas personajes de esos otros modelos familiares.

Iñaki Gabilondo, que tiene ocho hermanos, comenzó con un “no he conocido ninguna familia mejor que la mía” y homenajeó a sus padres afirmando que para él y su familia no hay mejor título o definición que “ser hijos de José y María Luisa”. Continuó con un rotundo: “Yo no estoy seguro de que la familia esté en crisis. Lo que está en crisis es la concepción del ser humano en la actual sociedad. Lo que está pasando como un auténtico huracán es una concepción de la vida en la que el ser humano ha perdido por completo su valor”. Con respecto a qué le pediría al Sínodo contestó que “le pido a la Iglesia que abandere los movimientos de una mirada nueva hacia el hombre”. Además, manifestó su preocupación por cómo se planifican hoy los hijos en función de los trabajos de los progenitores, ya que no se tiene en cuenta que “un hijo es una puesta de vida”, ni tampoco “hay una concepción del matrimonio como una apuesta de vida”.

Para Carmen Peña, Profesora de Derecho Matrimonial (Universidad P. Comillas) y participante en el Sínodo como experta, “la familia no está en crisis, sino que tiene una gran vitalidad”. Analizó esta docente algunos puntos que considera positivos del Instrumentum Laboris para el Sínodo de la familia y pidió a éste tener creatividad ante el fracaso conyugal, “que ayude a prevenirlo” y que haga “un especial acompañamiento de las personas que viven ese fracaso y que su reconocimiento sea pleno en la Iglesia” porque “las personas separadas y divorciadas tienen que tener una voz en la pastoral”, porque “no hay divorcios, sino personas divorciadas”. Asimismo, señaló que le preocupaba que tan sólo un 1% de los matrimonios casados por la Iglesia que fracasan acudan a solicitar la nulidad matrimonial y considera que es porque hay falta de información sobre el proceso.

La intervención de Pilar Zulueta, vice-presidenta ejecutiva de Warner Bros. Consumer Products, giró en torno a la conciliación en la empresa privada. Explicó cómo ella trabaja en remoto, teniendo su oficina en Londres pero viviendo en Madrid y coordinando otras 14 oficinas en distintas partes del mundo. Para ella, “conciliar es esencial” así como “marcar las prioridades”, en su caso, la familia ha sido la prioridad. Al Sínodo de la familia le pidió que la Iglesia envuelva “el mensaje en un lenguaje claro, conciso, simple y cercano”.

En el animado debate posterior, Iñaki Gabilondo afirmó, con respecto a la conciliación, que creemos demasiado en que las cosas son “inexorables” y según él, si la sociedad le diera prioridad se cambiaría mucho en el tema de la conciliación, “pero no podemos quedarnos sentados esperando a que las cosas cambien”. Asimismo, durante la sesión se habló también un largo rato sobre la importante función de las personas mayores, los abuelos, en la familia actual.

Divorcio y divorciados

Comprender, Apoyar y Vivir en Familia