Noticias / Presentación del libro de Francisco Blanco (p.1987) en Gijón
Esta Noticia fue editada el: 24-02-2015

Presentación del libro de Francisco Blanco (p.1987) en Gijón max-width=

(EL COMERCIO)

Francisco Blanco presenta su libro en Gijón

Blanco defiende que la globalización "es la gran aliada del capitalismo", al obligar a los países a competir fiscalmente entre sí para que las grandes empresas se radiquen en sus territorios

Francisco Blanco Ángel, doctor en Economía, profesor titular de Hacienda Pública en la Universidad de Oviedo y concejal socialista en el Ayuntamiento de Gijón, presentó ayer en Gijón su libro "La economía socialdemócrata. Crisis y globalización". Le acompañaron Santiago Martínez Argüelles y Francisco Villaverde. Blanco defiende que la globalización "es la gran aliada del capitalismo", al obligar a los países a competir fiscalmente entre sí para que las grandes empresas se radiquen en sus territorios.

 

(ASTURIAS24)

Francisco Blanco reclama una socialdemocracia eficaz contra "el capital y el populismo"

El concejal socialista presenta su libro "La economía socialdemócrata" en la Casa del Pueblo y reclama otra Unión Europea y una globalización no neoliberal

Pablo Batalla Cueto

Francisco Blanco es el autor y Josep Borrell el prologuista del libro que se presentó la tarde de ayer en la Casa del Pueblo de Gijón: La economía socialdemócrata. Crisis y globalización. Santiago Martínez Argüelles fue el encargado de introducir a Blanco, de quien recordó su condición de profesor de economía aplicada y su tesis doctoral sobre equidad y redistribución en el sistema de pensiones y a quien describió como una “persona polifacética” comprometida con el PSOE, partido gracias al cual ha sido director general económico financiero del Ayuntamiento de Gijón entre 2007 y 2011. En cuanto al libro, Argüelles lo describió como una obra económica que no versa “sobre economía al uso, sino sobre el sentido originario de la economía y de los economistas, que no somos los especuladores financieros de Wall Street, sino quienes asignan recursos escasos a la tarea de hacer más feliz a la ciudadanía”.

Blanco, apuntó Argüelles, “recuerda algo que se olvida en la época de los 140 caracteres, que es que la economía es en origen una ciencia moral, y que Adam Smith era catedrático de filosofía y ética”. Argüelles aprovecho para conectar esa profesión de Smith con la de Ángel Gabilondo, flamante candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid a la par que catedrático de metafísica, antes de reivindicar la condición socialdemócrata de su partido; condición que, dijo, “nos diferencia de otros partidos de izquierda”: una escasamente velada alusión a Podemos, partido a cuyos impulsores describió como “transversales que se tratan de travestir de socialdemócratas en un momento en que está de moda ser socialdemócratas para enmascarar lo que realmente son, que es simples oportunistas”. El PSOE, apostilló en este sentido, no es un partido marxista y “no reniega del mercado como sistema de asignación de recursos y producción, pero considera que el Estado tiene que hacer una labor de redistribución”.

Fue seguidamente el turno de Francisco Villaverde, exsecretario general del PSOE gijonés, que recogió el testigo de Argüelles para reivindicar la condición socialdemócrata de un partido que lo era “en 1979, cuando declararse socialdemócrata era prácticamente como declararse de derechas”, y que lo es hoy en que “el término ha recuperado la esencia y el valor que tiene”. Villaverde habló en términos elogiosos de un libro que debería ser, dijo, “de cabecera para cualquier militante del PSOE, porque contiene la justificación de la razón de ser del socialismo”. También apuntó sobre él que “descubre cosas muy importantes, como que el modelo económico socialdemócrata no sólo es más justo y solidario que el liberal, sino también más recomendable desde el punto de vista económico”.

El propio Francisco Blanco tomó a su vez el relevo de Villaverde explicando que, efectivamente, “el modelo socialdemócrata da lugar a un mayor desarrollo y crecimiento económico que el liberal”, cosa que, a su juicio, debe ser convenientemente explicada a “personas que no tienen una ideología tan marcada como nosotros ni un compromiso o instinto tan acusado hacia la solidaridad o la justicia social, y a quienes preocupa más no sacrificar mucho en lo que respecta a progreso económico”. Blanco pasó a explicar, más en profundidad, que “desde hace muchos años los economistas saben que aquel modelo inicial ideal de la mano invisible, que entendía que un Estado mínimo que no interviniese y se limitase a garantizar el orden, la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos, y el egoísmo de cada cual, nos llevaría al bien común, es inviable porque el capitalismo es egoísta, individualista y voraz y acaba consumiéndolo todo, incluso a la propia competencia”. Según Blanco, ello ha hecho a los economistas darse cuenta de que “la igualdad de oportunidades y la cohesión social no solamente son defendibles desde un punto de vista ideológico o moral, sino también desde el del progreso económico: debe haber una educación pública que permita que los mejores talentos se formen y una sanidad que mantenga a la población sana y en condiciones de trabajar”. La socialdemocracia, en suma, “es buena para todos y no solo para los más desfavorecidos”.

DOS GUERRAS GANADAS Y PERDIDAS

Blanco pasó entonces a hacerse una pregunta sugerente y una invitación a la autocrítica: si la socialdemocracia es el mejor modelo, ¿por qué se encuentra en retroceso en este momento? En opinión de Blanco, dos razones explican tal situación, una “más de moda pero menos importante” y otra “menos citada pero clave”. La primera, la pertenencia a la Unión Europea y lo que ello comporta de cesión de soberanía a “unas instituciones que nos están defraudando a todos” y que “no merecen el nombre de Unión Europea y sí el viejo de Mercado Común, porque la principal preocupación de los miembros de la UE es construir un mercado común para sus capitales y no una Europa donde haya una puesta en común de otra serie de cosas”. Para Blanco, “la pertenencia a la UE es un caballo de Troya del segundo problema: la globalización”. El economista dijo no estar “en contra de la globalización”. Los socialistas, dijo, “somos internacionalistas y más en España, donde hay una tradición de aislamiento que nos ha hecho ver el mundo como fuente de libertad y progreso”. De lo que está en contra Blanco es de “un modelo neoliberal de globalización que hemos aceptado sin cuestionarlo y ha erosionado la capacidad de actuación del Estado poniendo a unos Estados en competencia con otros”.

El autor concluyó su intervención presentando unos sugerentes gráficos que demostraban, respectivamente, que la participación de los trabajadores en la renta nacional no ha parado de bajar desde los años setenta; que los tipos medios nominales y efectivos del impuesto sobre sociedades tampoco han dejado de descender en los últimos años; y que, en cambio, el IVA ha ido ascendiendo más y más hasta dar lugar a “una seguridad social financiada por trabajadores para trabajadores y en la que no participan en absoluto las rentas empresariales”: un modelo “inviable” que debe ser subvertido.

La propuesta con la cual cerró Blanco su intervención fue que “si ellos han globalizado la economía, nosotros debemos globalizar la política y poner reglas donde no las hay”. La socialdemocracia, reflexionó, “ha ganado dos guerras que ahora está perdiendo: contra el capital y contra el populismo/radicalismo/totalitarismo de la izquierda. En la medida en que estamos perdiendo la primera guerra, vamos camino de perder la segunda. Cuando las políticas dejan de ser efectivas para controlar el capital, el electorado opta por alternativas más radicales. La socialdemocracia, para subsistir, tiene que ser eficaz”, apostilló.

Foto Angel