(EL COMERCIO)

Un hombre de partido que será útil en el Senado

Con la marcha a la Cámara Alta de Goñi, Mercedes Fernández premia una trayectoria de fidelidad a la formación y, de paso, consolida su propia dirección regional

OCTAVIO VILLA | GIJÓN.
Fernando Goñi Merino (Gijón, 2 de abril de 1966) será nombrado senador por designación de la Junta General del Principado a propuesta de su partido, el PP. Con ello, alcanza la que hasta ahora sería la cima de una carrera política en la que, sin haber cumplido aún la cincuentena, acumula ya 22 años como diputado autonómico. Sólo el socialista Fernando Lastra, de entre sus aún compañeros en la Junta General, supera esa permanencia ininterrumpida en la Cámara regional, a la que Goñi suma el haber sido presidente del Parlamento autonómico (en un breve periodo entre 2011 y 2012) y también secretario general de su organización política.

El 29 de noviembre de 2008 dio el relevo a Reinerio Álvarez Saavedra en ese cargo, centro de las tensiones del partido, y en el que es muy conveniente tener una considerable habilidad para manejar la mano izquierda. Fue aún con Ovidio Sánchez al frente de la formación en Asturias. El retorno de Francisco Álvarez-Cascos a la actividad política y su pretensión de encabezar la candidatura autonómica del PP le pilló por sorpresa y supuso un reto del que salió, como el partido, muy debilitado. Goñi, con todo, siguió firme en el partido. Como siguió, con todo el dolor de su corazón, cuando la anterior crisis regional de la formación llevó a su padrino de boda y a la sazón presidente del Principado, Sergio Marqués, a salir de la formación y a fundar su propio partido, la Unión Renovadora Asturiana. Goñi antepuso entonces su fidelidad al partido a sus afinidades personales.

Con el ascenso de Mercedes Fernández a la presidencia de la formación, Goñi sabía que su futuro en la cúpula de la organización estaba ya tasado. La presidenta, consciente de la precaria situación tanto del partido como de ella misma, optó por ir asentando su poder poco a poco, como hizo precisamente en la Junta Local de Gijón, de forma que no relevó de forma inmediata a Goñi, pero sí que le retiró de la portavocía en la Junta General, en la que situó a una persona de su confianza, Emma Ramos. Muchos quisieron ver en ese momento el final de la carrera de Goñi, pero no ha sido así. Por su lealtad a la formación y también por no abrir un nuevo flanco, Mercedes Fernández ha esperado hasta esta semana para enviarle a uno de los destinos, en teoría, más prestigiosos, el Senado. Y lo hizo entre largos elogios a su lealtad y a su trayectoria.

El propio Goñi asume como un ascenso su nueva responsabilidad, en la que le será aún más útil a Mercedes Fernández de lo que le era hasta ahora en Oviedo. Las elecciones de diciembre determinarán hasta qué punto podrá serlo también a Asturias.