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Esta Noticia fue editada el: 18-12-2016

El Día del Antiguo Alumno en la prensa max-width=

.(La Nueva España)

Escuela de sueños

Cinco promociones de la Inmaculada se reunieron ayer para celebrar el día del antiguo alumno en un acto en el que se distinguió al jesuita Nacho Velasco

I. Peláez - La vida es sueño, según Calderón de la Barca, y parece que tras los muros del colegio de la Inmaculada Concepción dan los consejos de niño para cumplirlos de adulto. Al menos, a raíz de los testimonios de las cinco promociones de Antiguos Alumnos que ayer celebraron sus bodas de bronce, plata, zafiro, oro y platino, respectivamente.

"Agranda la puerta, Padre / porque no puedo pasar. / La hiciste para los niños / yo he crecido, a mi pesar. / Si no me agrandas la puerta, / achícame, por piedad; / vuélveme a la edad aquella / en que vivir es soñar". Parafraseando a Unamuno, el director del centro, Alfredo Flórez Cienfuegos-Jovellanos, dio la bienvenida "a su casa" a los antiguos colegiales para la celebración del día del antiguo alumno, en la que se imponen las insignias distintivas por haber superado los 10, 25, 35, 50 y 60 años después de "convertirse en hombres y mujeres para los demás".

Y tras igual vivir y soñar comenzó un acto que sirvió también para homenajear como "Antiguo Alumno Distinguido" al jesuita ovetense Juan Ignacio García Velasco, Nacho Velasco para compañeros y alumnos -que después ofició a petición popular la eucaristía junto al propio Flórez y Pachi Cuesta-, al que presentó el exdirector José Manuel Guerrero. También tuvo lugar el reconocimiento como "Amigos de la Asociación" al responsable técnico de instalaciones, Rubén Calzada, y a la profesora Chelo Hernández Aller.

Las promociones de 1956, 1966, 1981, 1991 y 2006 estuvieron representadas a nivel discursivo por un colegial que glosó la estancia fraternal de sus respectivos compañeros, parlamentos de mayor a menor carga emocional pues de mayores a jóvenes se fue pasando el testigo. Por ejemplo, Mario Salman, en sus bodas de platino, despertó las risas con su sentida improvisación al recordar "los tiempos en que se podía soñar". O José Ángel Palacio, bodas de oro, al rememorar a Humphrey Bogart asegurando que "siempre nos quedará el colegio". Todos ellos compartieron fotografías en el acto y después en el patio de la Virgen. Una sesión que precedió a una comida en el comedor del centro, como es tradición.

Pero quizás fue el discurso de Diego Cabezudo, de bodas de plata, el que más nombres de profesores rescató del recuerdo, en especial aquellos que ya han fallecido, como Amparo Callejón y que "seguro nos cuidan desde donde estén". También habló de los días de misas, de las tardes de cine en el Paraninfo, los campamentos y, por supuesto, la preparación de las actuaciones de la fiestas colegiales, otrora llamadas fiestas rectorales, que los más veteranos también mencionaron. Incluso frases de profesores, sin citar autor, como "siéntolo por tus padres pero voy ponete un cero". O reconocer que aún hay noches de sobresaltos recordando los exámenes orales de algún que otro popular docente, algo que motivó las risas de asentimiento de los presentes.

En los discursos también quedó latente la evolución del colegio e incluso del país. De jugar a las chapas y la época de la metralla de la guerra en las paredes, al asombro de los alumnos cuando el colegio se fue convirtiendo en mixto paulatinamente. Pasando por la generación que vivió de lleno el mayo de 1968 y que ante ellos se postró un escenario donde comprar revistas o leer libros prohibidos ya estaba al alcance de todos, como señalaron los protagonistas de ese cambio.

La jornada de ayer permitió, además, ejemplificar el relevo en la presidencia de la Asociación de Antiguos Alumnos. Antonio Pellico Fonseca dijo adiós a ocho años y pronunció su último discurso donde recordó a sus predecesores en el cargo con guiño especial a los desaparecidos Chema Cabezudo y Claudio Fernández Junquera, "siempre presentes en nuestro corazón", poco antes de fundirse en un abrazo con el jesuita Pedro Menéndez Cifuentes, testigo de más de medio siglo del colegio y que, ayer, pese a celebrar sus seis décadas como antiguo alumno, no faltó a su cita para dirigir el coro de padres.

El colegio Inmaculada, que, como señaló Pellico, "nunca necesitó de apellidos" pues "siempre bastó con decir el colegio", volvió a ser punto de encuentro entre generaciones que para terminar el acto entonaron al unísono el himno colegial, que ya espera a las sucesivas promociones con las puertas abiertas para cumplir más sueños.

Foto Angel