(El Comercio)

José Antonio García-Rendueles, Tony el de El Jardín, muere a los 88 años

SUSANA D. TEJEDOR GIJÓN. - José Antonio García-Rendueles Piñera, conocido como Tony el de El Jardín, falleció ayer a los 88 años. Junto a sus siete hermanos, fue propietario de la emblemática discoteca El Jardín, que vivió sus años de gloria en los 70, 80 y 90 hasta que empezó a declinar y cerró definitivamente sus puertas con una fiesta a la que acudieron cientos de gijoneses, de varias generaciones, en el verano de 2018.

Todo empezó en los años 50 de la mano de sus padres, con un merendero en una parcela cercana a su hogar. Enseguida se hicieron cargo sus hijos, que vieron la posibilidad de ir más allá, creando lo que se convertiría en la legendaria discoteca gijonesa, por la que con el tiempo desfilaron varias generaciones. Los ocho hijos asumieron la propiedad, aunque se quedaron al cargo del negocio dos de ellos, Corsino y Fernando (ambos ya fallecidos), que lograron elevarla a la cota más alta, una auténtica referencia para los jóvenes de la época. La aventura comenzó en 1957 y durante los años 60 y 70 se convirtió en una de las discotecas referentes a nivel nacional albergando conciertos de los mejores cantantes españoles y algunos internacionales de la época. En los años 80 llegó la modernidad, y se convirtió en la gran discoteca de Asturias. Fue en la década de los 90 y principios del nuevo siglo cuando la sala sería escenario de numerosas fiestas de música electrónica pasando por ella la mayoría de los djs internacionales más importantes del momento. A partir de 2000 llegó el declive, producto de los nuevos hábitos, hasta que finalmente cerró sus puertas hace algo menos de dos años.

Tony, el de El Jardín, de carácter afable, cariñoso y muy conocido, sobre todo, en el barrio de La Arena, donde residió durante años, se encontraba delicado de salud, especialmente desde la pérdida de su esposa, Rosi, hace apenas seis meses. Su corazón se paró antes de que este sábado pudiera cumplir 89 años. Le sobreviven sus hermanos Monchu y María del Carmen.