Noticias / Kike Figaredo (p.1976) pasa sus vacaciones en Gijón
"El virus nos dice que debemos organizarnos en solidaridad"
Esta Noticia fue editada el: 03-08-2020

 Kike Figaredo (p.1976) pasa sus vacaciones en Gijón max-width=

(La Nueva España)

Kike Figaredo, de veraneo en Gijón: "El virus nos recuerda que somos vulnerables"

El jesuita llegó ayer a la ciudad y, tras un baño en San Lorenzo y un paseo en bici, rindió homenaje a su madre, fallecida el pasado 13 de junio

Pablo Palomo - Tras un larguísimo viaje que le ha llevado dos días, Enrique Figaredo, el prefecto apostólico de la ciudad camboyana de Battambang, ya ha disfrutado de un refrescante baño en San Lorenzo y de un agradable paseo en bicicleta por el Muro. Su regreso a Gijón se tiñó ayer de emotividad. En la casa familiar, junto a sus hermanos y varios parientes, rindió un discreto homenaje a la memoria de su madre, María Alvargonzález, que falleció el pasado 13 de junio a los 96 años. "El coronavirus nos recuerda que somos vulnerables", apuntó, nada más pisar su ciudad natal.

La última vez que Kike Figaredo estuvo en Gijón fue en el mes de marzo. Llegó el día 3 y se marchó el día 7. Solo unas pocas jornadas antes de que se decretara el estado de alarma por la pandemia de coronavirus. Su vuelta se produce en una época especial. Hacía 21 años que el jesuita no vivía el verano gijonés. Un verano, que, como para el resto de la ciudad, resulta descafeinado a consecuencia del virus. "La última vez que estuve en verano era el año 1999. Recuerdo que siempre había mucho barullo, pero la cosa está mucho más tranquila", relata, tras haber despertado de una merecida siesta.

El coronavirus ha afectado de forma diferente a Camboya que a España. "Oficialmente, no hay víctimas mortales en el país a consecuencia del virus. Dicen que apenas hay 500 casos", apunta. Las medidas de seguridad en el estado asiático son férreas. "El país permanece cerrado. Económicamente, atraviesa un momento difícil porque no hay turismo. Hay muchos inmigrantes que están en Tailandia y en Malasia y no han podido regresar", afirma.

Su labor para ayudar a los más necesitados se ha redoblado. Ha distribuido comida y contribuido a reforzar las medidas de higiene colaborando en la construcción de baños y escobas. "Ha sido un éxito. Camboya tiene un problema grande con la higiene. Eso nos ha ayudado a frenar otras enfermedades, no solo el coronavirus", relata. En el país asiático, la mascarilla no es obligatoria. Aún así, muchas familias la llevan. "Hace poco hicimos una distribución de comida a 72 familias y todas llevaban mascarilla. A la puerta de las iglesias también hay gel", cuenta. "El coronavirus nos ha enseñado que somos vulnerables. Nos afecta a todos por igual. Es importante prestar atención a la comunidad local. El virus nos dice que debemos organizarnos en solidaridad", remata.

El viaje de vuelta a España de Figaredo ha sido complejo. Salió hace dos días de Battambang. Tuvo que hacer escalas en Seúl, la capital de Corea del Sur, en París y en Madrid, desde donde llegó a Gijón en avión. Pese a la distancia, sigue la actualidad de su ciudad, entre otros medios, por los vídeos que cuelga la alcaldesa, Ana González, en su cuenta de Facebook. "Estoy enterado de que van a peatonalizar parte del Muro y de que hay escaleras para entrar y para salir de San Lorenzo. Aún estoy aterrizando", ríe.

Junto a otros familiares, en la antigua casa de sus padres, Figaredo participó ayer en un discreto encuentro entre parientes para recordar a su madre, María Alvargónzalez. Al no poder regresar a Gijón por el coronavirus, en su momento, el sacerdote y otros familiares realizaron una misa telemática para despedirla. "Ella era muy de sus flores y de su jardín", recuerda, emocionado, Enrique Figaredo, que disfrutará de Gijón durante un mes. Después, regresará a Camboya.

Foto Angel