Noticias / Nuestro compañero Rafael Piñera ( p 1985), figura de la semana en La Nueva España
Esta Noticia fue editada el: 13-02-2022

Nuestro compañero Rafael Piñera ( p 1985), figura de la semana en La Nueva España max-width=

Con una vocación por mejorar su comunidad, a Rafael Piñera (Gijón, 1977) es muy raro verle de mal humor. El director del Hogar de San José estudió en la Inmaculada y desde la adolescencia empezó a interesarse por las labores de voluntariado de su ciudad, un mundo que le atrajo, entre otros motivos, porque su madre colaboraba con la Cocina Económica. En ella encontró también su primer trabajo, que compaginó con sus estudios universitarios como educador social. Director del Hogar desde 2015, el gijonés se ha ganado la fama de ser un “jefe amable” con el que es casi imposible discutir.

Entró a trabajar en el centro hace ahora cosa de 20 años. Antes, y en el marco de un proyecto de la Compañía de Jesús, fue también voluntario en Latinoamérica. Llegó al Hogar como fichaje estrella de Constantino Viñuela, por entonces director de la entidad. Conocía la trayectoria del educador y llevaba tiempo pensando en cómo captarlo de la Cocina Económica. Desde entonces bromea, porque con la Cocina la entidad siempre tuvo buena relación y el propio Piñera es patrono de la junta, que a sus compañeros de la Asociación Gijonesa de la Caridad les hizo una “OPA” para robarles a su talento estrella.
La presencia de Piñera en el Hogar tenía mucho sentido ya no sólo por su formación –una especialidad que defiende a capa y espada y por cuya visibilidad y profesionalización sigue peleando hoy en día–, sino por su visión de conjunto sobre cómo debe abordarse la educación de menores criados en entornos conflictivos. Entiende que la disciplina puede ser necesaria en momentos puntuales, pero sabe que en la mayoría de los casos el mal comportamiento de un joven radica más en el entorno en el que creció que en una intención real de vulnerar las normas.

Cuando entró a trabajar a la entidad, lo hizo en el marco de la creación de la casa infantil Alpamayo, un proyecto que creó por esas fechas el propio Viñuela. Piñera empezó pronto a ser un compañero destacado, porque es de buena palabra y sabe defender bien sus discursos, y acabó siendo el coordinador del Sema, el programa de acompañamiento a jóvenes en su transición a la vida adulta. También se involucró en otro programa de la entidad para familias de jóvenes con problemas.
Como es director desde 2015, que lleva años dándole vueltas al que será el mayor reto de su carrera en el Hogar: la ansiada reforma de la sede de El Natahoyo. El proyecto, valorado en dos millones de euros, derribará dos de los cinco módulos actuales para levantar un nuevo edificio de dos plantas que priorizará una mayor intimidad de los pequeños. Piñera siempre insiste en la importancia de que estos niños puedan crecer y desarrollarse en un entorno lo más parecido posible a un hogar convencional. Y la infraestructura actual del Hogar, con un modelo más parecido al de una residencia, complicaba un poco las cosas.
Pero no solo vive del trabajo. Fanático del motor, tiene una Vespa y está adscrito al club de aficionados a este vehículo. Y, tras años rodando en escapadas breves en una furgoneta camperizada, ahora tiene una autocaravana que le permite improvisar excursiones siempre que puede, en compañía de su pareja y la hija de ésta. Aficionado además a los coches clásicos, es difícil ganarle alguna discusión relacionada con la carretera. También le gusta el agua, sobre todo los kayaks, y casi cualquier actividad que le permita estar al aire libre.
Con una convicción firme en su vocación, el educador acumula decenas de anécdotas de un mundo que en el imaginario colectivo es apenas visible. Se ha pasado, como tantos otros compañeros, de noches enteras en comisaría o en el hospital acompañando a algún joven con problemas. Rehúye de la criminalización de este colectivo y sabe, porque lo ha visto, que aquello de que algunos adolescentes “se tuercen” no es ni tan simple ni tan cierto. Y espera que convertir el Hogar en un entorno con más luz, menos corsés y más espacio para el juego de todos sus usuarios ayude a que el maldito estigma de la juventud “violenta” se rompa de una vez.

Fuente y foto:lne

Foto Angel