Noticias / Joseph, de Ana Hernández Cabezudo (p 1974) baja la persiana en familia
Había sido inaugurada en 1962
Esta Noticia fue editada el: 09-11-2022

Joseph, de Ana Hernández Cabezudo (p 1974) baja la persiana en familia max-width=

En un rincón de la calle Cabrales, de cuyo nombre era imposible ayer no acordarse, surgió un negocio de muebles y decoración. Pero como «toda historia tiene su fin», esta no iba a ser distinta. « Hay que jubilarse, no queda otra», proclama Ana Hernández, la dueña de Joseph hasta este viernes, cuando bajaron la persiana definitivamente.

La histórica tienda echó a andar en 1962, seis años antes de trasladarse a su sede definitiva en la calle Los Moros. Ayer, con motivo del cierre, decenas de antiguos empleados del comercio se acercaron hasta el establecimiento para rememorar viejos tiempos, compartir anécdotas y desearse el mejor de los porvenires. «Sesenta años de tienda, se dice pronto», expresa Hernández.
«Yo me hice mayor y mi hermano, que es mi socio ahora, también», asume Hernández, quien pone en valor el «esfuerzo» que supone haber mantenido tantos años un mismo negocio con «la cantidad de crisis que hemos pasado en los últimos años». Del mismo modo, la propietaria del local de decoración puso en valor el hecho de que una representación tan nutrida de extrabajadores acudiesen a la despedida. «Algunos se jubilaron, otros cambiaron con la tienda antigua, otros también que están aquí vinieron de la Ferretería Hernández -el negocio previo de la familia, antes de abrir Joseph en los años sesenta-. Con todos hemos quedado bien, no hubo despidos», destaca Hernández a escasos metros de su madre, Carmen Cabezudo, precursora del negocio junto a su marido, José Hernández.

«Siento un montón de emociones distintas», acierta a decir Cabezudo, rodeada de varias de las trabajadoras, todas mujeres, con las que Joseph inició su andadura. «Son las empleadas que han estado conmigo toda la vida», relata entre el mar de anécdotas que se desprendían en el interior de la tienda, convertida en improvisado salón de picoteo por un día. «Recuerdo cuando teníamos el bajo de la calle Cabrales, que venían los niños jugando y cantaban que en nuestro negocio no se vendía nada»,

La hija de Ana Hernández, Paula González, será la encargada de continuar con el legado familiar online.

Fuente: El Comercio

Foto Angel